“Si este longo me trata a mi de usted, es un longo cualquiera”. Así se refirió Santiago Gangotena al uso reverencial del pronombre personal del castellano que gramaticalmente corresponde a la tercera persona del singular, pero que semánticamente corresponde a la segunda persona. Eso se debe a que el uso de usted terceriza de forma solmene el trato entre las personas.
Gangotena ofreció una charla de motivación a un grupo de estudiantes universitarios a quienes pidió que lo tutearan porque el uso del “usted” corresponde a “un longo cualquiera”. En castellano, longo significa desmesurado, exagerado, protuberante. En quichua significa muchacho. También es un coloquialismo despectivo para menospreciar el origen de alguien más. Este es, por desgracia, el uso más extendido.
Santiago Gangotena es uno de los fundadores de la Universidad San Francisco de Quito, una elitista universidad entre las mejores del país. Según el Laboratorio de Cibermetría del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España comparte podio con la Universidad de las Américas, la Escuela Politécnica Nacional, la Escuela Politécnica del Ejercito, la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y la Universidad Técnica Particular de Loja.
Gangotena es un licenciado, máster y doctor en Física Nuclear graduado en universidades los Estados Unidos que en su exposición motivacional aseguró que el uso del “usted” es propio de los “longos cualquieras”. ¿Se refiere a un muchacho o a una expresión exagerada? No, quiso decir su uso identifica a las personas mestizas o indígenas.
La lengua no es un fenómeno racial sino culturológico. Santiago Gangotena no solamente se equivoca en el uso de los pronombres en el castellano, sino que tendrá que entender mejor el idioma si quiere usarlo como herramienta de comunicación en cualquier contexto universitario.
El problema no es tan inocente como se cree. No se trata solamente de la exagerada malinterpretación de un termino destinado a ejemplificar una situación en un discurso de motivación dirigido a un grupo de jóvenes universitarios. Tampoco se trata de diluir las diferencias entre las personas igualándolas en el trato, como luego intentó explicar Gangotena. Se trata de un problema de racialización de la sociedad, en donde ser longo, cholo, mestizo, negro o indio siempre es menos que ser blanco. Cuando alguien dice que el uso del usted o usteo identifica a las personas “longos cualquieras” está reconociendo que la sociedad se divide en razas. Según esta interpretación unas razas serían más importantes que otras, porque unas son “cualquieras” y otras son superiores.
Racializar a la sociedad equivale a creer que existe una relación de señorío entre una raza dominante que decide, establece y razona a nombre de otra parte de la misma sociedad que resulta en una raza sometida. En esta construcción narrativa, quienes tratan de usted a los demás, por ejemplo, son “longos cualquieras” porque se reconocen como inferiores y, como dice Gangotena, eso estaría mal.
Pero se equivoca. Lo que realmente está mal es creer que la sociedad se divida entre dominantes y dominados. De este tipo de interpretaciones aparecen, por ejemplo, las clases políticas que se creen predestinadas para gobernar y que la patria no existe sin ellos y ellas, revolucionarios y revolucionarias. Por este tipo de representaciones de los otros, necesitados, infantiles, inferiores, existe el populismo como opción política todavía vigente.
El uso del “usted” es neutral. No denota inferioridad, sometimiento o mayorazgo. Eso solo existe en la cabeza de quienes encuentran en las personas diferencias a las que tutorizar. El “usted” procede del “vuestra merced” que luego se transliteró al “vuesamerced” y de esta al “vust-ed” que quedó en el usted con el paso de los siglos. Su empleo corresponde al lenguaje de las antiguas cortes para tratar con solemnidad a los interlocutores. Jamás se ha creído que tratar con solemnidad a los venerables, a los mayores o a los maestros sea un hábito indigno, sino que expresa la riqueza del castellano que es la segunda lengua más hablada del mundo y la primera en expansión geográfica.
Con la conquista, el dialecto andaluz del castellano se combinó con el quichua, el guaraní, el náhuatl, el aimara, y se armonizó con los siglos en toda Hispanoamérica. Por eso se explica que en Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia o Costa Rica se vosee; que, en Chile, Ecuador, México, Panamá, Perú, Venezuela, se tutee; y, que en Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá y Venezuela y use el usteo de manera simultánea.
La lengua no es un fenómeno racial sino culturológico. Santiago Gangotena no solamente se equivoca en el uso de los pronombres en el castellano, sino que tendrá que entender mejor el idioma si quiere usarlo como herramienta de comunicación en cualquier contexto universitario.
@ghidalgoandrade
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