
Un buen programa macroeconómico que fomente el crecimiento económico es la forma más efectiva de combatir la pobreza, tanto por el descalabro de los indicadores sociales por el shock de la Covid 19, como por los propios estallidos sociales de octubre 2019. Este levantamiento, más allá de la presencia de grupos interesados en crear terror, representó una alerta temprana para el ejercicio de la política económica: tenemos un importante segmento de la población no atendido con rapidez en sus demandas sociales, lo cual representa una bomba de tiempo para la implementación de medidas de ajuste y el propio programa económico, que requiere ser desactivada con una agenda social de última generación.
El objetivo número uno del próximo gobierno deberá ser calmar las tensiones sociales y frenar cualquier posibilidad de calentamiento de las calles, con una agenda social que dé soluciones a los problemas reales de los sectores más vulnerables, a través de la provisión de servicios públicos de calidad que cambien la vida de la gente. Esta propuesta de política pública se la encuentra en el programa de gobierno de Guillermo Lasso, y me voy a permitir rescatar lo más importante en esta materia.
En cuanto a salud, a pesar de que el gasto público total está por encima de la media de la región, los rankings internacionales no ubican al Ecuador con una buena calificación. El déficit hospitalario y de atención es enorme, evidenciando que el incremento de recursos no basta para mejorar la salud si no va acompañado de reformas a la gestión del servicio. Lasso propone al país un sistema de acceso universal y gratuito que incorpore herramientas tecnológicas y de interconexión digital, capacitación y evaluación permanente del personal médico, eliminación de procesos burocráticos, fortalecimiento de los programas de prevención, zonas francas de salud, delegación administrativa para una mejor gestión y eliminación de la corrupción, planes de cuidados materno infantiles con kits de ayuda a los sectores más pobres, además de fuerte atención a las personas que sufren enfermedades catastróficas.
En seguridad social, tanto por los cambios estructurales demográficos que afectan al mundo entero, como por los problemas de empleo, ineficiencia, corrupción y las reformas populistas sin financiamiento que tuvieron casa adentro, la seguridad social en Ecuador tiene serios problemas de sostenibilidad. La propuesta de Lasso comienza con transparentar las cuentas para que los afiliados conozcamos cuánto de nuestro aporte va para gastos administrativos, subsidios cruzados, jubilación y salud. Luego, abre la posibilidad de pensar en esquema alternativos que, sin afectar la provisión de los servicios a los más pobres, no nos deje fuera de aquella experiencia internacional que es contundente en el sentido de que un sistema complementario dinamiza el mercado de valores, promoviendo el ahorro y la inversión de largo plazo, que son fundamentales para el crecimiento, el desarrollo económico y el empleo.
En el Ecuador tenemos un importante segmento de la población no atendido con rapidez en sus demandas sociales, lo cual representa una bomba de tiempo para la implementación de medidas de ajuste y el propio programa económico
En educación debemos partir de la premisa que un sistema educativo público es bueno solamente si rompe el circulo de pobreza, y en Ecuador estamos a años luz de eso, ya que la educación no es solamente cobertura, sino fundamentalmente calidad. Ecuador al igual que el resto de América Latina gasta como porcentaje del PIB más que algunos países emergentes de Asia, pero en rankings internacionales de calidad estamos muy por debajo de esos países. Lasso apunta a implementar un sistema educativo de corte internacional, el fortalecimiento de los programas de becas, la implementación de la educación dual y programas educativos técnicos, el regreso de las escuelas rurales. Todo esto junto a permitir la libertad de elección de la carrera universitaria, para que las familias ecuatorianas nunca más vean que alguno de sus hijos que quiera estudiar arquitectura, por ejemplo, tenga que enfrentar la imposición de un burócrata, que creyéndose iluminado, diga que él debe estudiar medicina.
En materia de pobreza, la propuesta de Lasso incorpora un programa de comedores comunitarios que serán liderados y administrados por mujeres, los cuales que entregarán almuerzos gratuitos a los más pobres y vulnerables, además de kits gratuitos de nutrición para mujeres embarazadas y sus hijos hasta los dos años de edad. También se incluye el programa de guarderías infantiles de apoyo a mujeres que trabajan, buscan empleo o estudian y que están por debajo de la línea de pobreza. Luego vienen los incentivos laborales y de inversión para que esta mano de obra se incorpore al mercado laboral formal que es la forma más sostenible de superar la pobreza.
Un tema que merece especial atención en el programa de Lasso es la pobreza en el sector rural que es lacerante: el 42% de las personas vive con menos de 85 dólares mensuales y el 19% se encuentra en pobreza extrema con menos de 48 dólares al mes. La pobreza multidimensional que involucra la educación, trabajo, servicios básicos y vivienda, refleja cifras todavía más preocupantes, ya que la pobreza se dispara al 71% de la población rural, mientras que la pobreza extrema sube al 42%. En este ámbito, la receta de Lasso es una economía dinámica con fuerte crecimiento de la inversión en este sector para que las personas consigan empleos de calidad en su propio entorno, junto a modelos de asociatividad productiva y comercial para mejorar las ganancias de las comunidades indígenas y campesinas, además de nuevas modalidades contractuales y la tecnificación del sector agrícola con líneas de crédito a 30 años plazo y 1% de interés, y la rehabilitación de carreteras y caminos vecinales en zonas rurales para fomentar la inclusión y competitividad.
Poco más arriba en cuanto a ingresos, se encuentran los negocios populares, aunque no exentos de problemas, para los cuales Lasso tiene propuestas de inclusión financiera y capacitación técnica, simplificación de trámites y declaraciones de impuestos, líneas de microcrédito emergentes, dentro de lo que denomina la apuesta por el emprendimiento.
Creo que la activación de esta agenda en los primeros meses de gobierno es un imperativo para alivianar las tensiones y poder comenzar a contar otra historia en Ecuador a partir del 11 de abril.
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