Venezuela, uno de los países con mayores reservas de petróleo en el mundo, sigue siendo una nación empobrecida y con una democracia frágil. Actualmente, está bajo el régimen de Nicolás Maduro, quien se aferra al poder y no permite la alternancia que caracteriza a las naciones democráticas.
El próximo 28 de julio de 2024 se realizarán las nuevas elecciones en Venezuela. Sin embargo, ya se observan claras irregularidades en comparación con procesos anteriores, donde la oposición podía competir con el régimen y el pueblo tenía la oportunidad de elegir libremente.
En esta ocasión, Maduro se enfrentaba a María Corina Machado, quien realmente debía ser la ganadora de la contienda electoral, al ser rotunda vencedora en las elecciones primarias. El régimen, sin embargo, se encargó en dejarla fuera de carrera.
Venezuela se ha convertido en una carga insostenible para los países de la región, independientemente del candidato que dispute el poder. La situación actual se caracteriza por altos niveles de criminalidad sin precedentes y una migración desbordada y descontrolada que afecta a todos los países vecinos.
Es alarmante la migración masiva de aproximadamente 7.7 millones de venezolanos a diversas partes del mundo. Colombia, seguido por Perú y Chile son los países con la mayor concentración de migrantes venezolanos, según ACNUR.
Además, Venezuela se ha convertido en el epicentro de la criminalidad en América Latina. Sus organizaciones criminales han expandido sus redes por toda la región, llegando incluso hasta Estados Unidos, representando una amenaza para la estabilidad de nuestros países.
Venezuela enfrenta una grave crisis económica marcada por la hiperinflación y ha tenido que realizar dos reconversiones monetarias. Además, el país afronta la mayor crisis migratoria de los últimos años después de la situación en Siria. Se ha producido un colapso en su sistema sanitario, escasez de alimentos y diversos problemas que afectan profundamente al país caribeño.
Es preocupante observar que países como Colombia y Perú, que han brindado una mayor acogida a los migrantes venezolanos, han experimentado un incremento en su tasa de criminalidad transnacional. Se ha notado un aumento en la presencia de actividades como el sicariato y la trata de personas, lo cual se perfila como uno de los principales problemas actuales.
Aunque algunos estudios, como el del Migration Policy Institute publicado en 2020, indican que la migración venezolana no es un factor determinante para el aumento de la criminalidad en la región, los hechos y las cifras parecen contar una historia diferente.
En este contexto, es crucial que los líderes de los países sudamericanos trabajen en conjunto para buscar un consenso que permita a Venezuela y sus ciudadanos vislumbrar una salida a esta difícil situación. Bajo el actual régimen, alcanzar esta realidad parece sumamente difícil, por lo que es necesario explorar vías que conduzcan hacia una solución viable y sostenible para todos los involucrados.
Modelo chino en un país del Caribe
Es preocupante que el régimen actual de Maduro esté buscando soluciones para la grave situación que atraviesa Venezuela, pero cualquier alternativa debe estar fundamentada en el respeto a la institucionalidad y al bienestar del pueblo venezolano, algo que actualmente no se está cumpliendo en el país.
Se ha mencionado que Venezuela podría estar considerando aplicar un modelo similar al de China, caracterizado por un estricto control político y social, así como una concentración del poder en manos del Estado. Este modelo plantea también la posibilidad de iniciar un proceso de apertura económica con mayor participación del sector privado.
Es importante reconocer que China experimentó un cambio significativo a partir de la era de Deng Xiaoping, más que por las políticas del líder Mao Zedong. Deng Xiaoping, un líder del mismo partido, implementó las políticas que transformaron a China en una superpotencia a partir de 1978, conocidas como la "Reforma y Apertura". Estas reformas incluyeron cambios económicos importantes, como la supresión del sistema maoísta de economía rural planificada en la agricultura, lo que mejoró la productividad agrícola. Además, se inició la apertura de China al comercio internacional y se crearon zonas económicas especiales para fomentar la generación de riqueza y la participación en el mercado global. Estas políticas permitieron sacar a cerca de 740 millones de personas de la pobreza en China
¿Venezuela, más cerca de Cuba que de China?
La nueva mirada que busca implementar Maduro en Venezuela, inspirada en el modelo chino, representa un camino largo y complejo que requiere un cambio profundo en las estructuras económicas y políticas. Sin embargo, es importante destacar que China pasó por un proceso de transformación de aproximadamente 45 años, abandonando ideologías que, en su momento, generaron hambre y pobreza en su pueblo.
El régimen venezolano debería tener mejores condiciones si quisiera tomar el camino de China. Para empezar, requiere de un proceso de transición en donde la oposición pueda tener las mismas oportunidades. Necesita además converger para que los migrantes regresen a un país pacificado y con oportunidades. China cuando empezó su “milagro económico”, los ciudadanos se volcaron a las ciudades para sacar el país adelante. En Venezuela, los ciudadanos buscan irse a otros paises, lo que refleja una realidad más cercana a la experiencia cubana.
Si bien China ha experimentado un crecimiento económico significativo en las últimas décadas, también ha enfrentado desafíos y críticas en varios aspectos. Venezuela, con su situación actual y sus desafíos particulares, seguirá siendo el estrés de la región.
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