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17 de Agosto del 2015
Investigación
Lectura: 14 minutos
17 de Agosto del 2015
Romina Mella y Gustavo Gorriti
Así fueron los pagos de Odebrecht a los funcionarios de Petrobras

Foto: Presidencia de la República

El Proyecto Hidroeléctrico Toachi Pilatón ubicado en el Recinto Las Palmas, es una de las obras de la polémica constructora brasileña en el Ecuador. 

 

A esta altura de la investigación, luego de formulada la denuncia fiscal contra Odebrecht, el 24 de julio pasado, una parte importante de la batalla procesal se libra en torno a lo que a primera vista pareciera un objetivo insignificante: una empresa panameña de gaveta con un nombre demasiado grande para su realidad: Constructora Internacional del Sur. Este es el detalle de sus operaciones financieras y pagos presuntamente ilícitos a empleados de Petrobras.

La contabilidad tiene muchos méritos, pero el sex appeal no es uno de ellos.

Claro que hay entradas y salidas, pero no las que uno pudiera pensar. Y la historia de la literatura no registra caso en el que un libro mayor se haya convertido en un best seller, y menos de suspenso.

Así y todo, la pericia contable es la clave para desentrañar y resolver algunos de los crímenes más complejos a través de sus resultados: el botín; o el crimen mismo, cuando se trata del lavado de dinero.

En contra de lo que el nombre sugiere, el lavado de dinero es un delito cuya sofisticación y complejidad se multiplicó en las últimas décadas hasta el punto de superar, por buen tiempo, los mejores esfuerzos por combatirlo.

Así como, en estos tiempos de periodismo de datos, un buen hacker es a veces el mejor amigo de un periodista de investigación; en el otro lado de la fuerza (o, más bien, de la ética), un buen lavador de dinero es el aliado indispensable de casi todo corrupto, especialmente de uno de alto nivel.

Por eso, el conocimiento de las técnicas y modalidades de lavado de dinero es indispensable en todos los casos grandes de corrupción. Y en el caso Lava Jato, la mayor investigación sobre corrupción en la historia de Brasil y, muy probablemente, de Latinoamérica, no resulta coincidencia que el juez del caso, Sergio Moro, sea un experto, autor de un libro de referencia sobre el tema.

A esta altura de la investigación, luego de formulada la denuncia fiscal contra Odebrecht, el 24 de julio pasado, una parte importante de la batalla procesal se libra en torno a lo que a primera vista pareciera un objetivo insignificante: una empresa panameña de gaveta con un nombre demasiado grande para su realidad: Constructora Internacional del Sur.

Como se recordará, varios delatores premiados en el caso afirmaron haber recibido coimas de Odebrecht a través de esa compañía. Odebrecht, por lo contrario, sostuvo enfáticamente que no tenía nada que ver con la Constructora Internacional del Sur y que nunca había hecho pago alguno de la corporación a través de ella.

La acusación fiscal ha logrado establecer que Odebrecht realizó pagos a través de sus propias compañías y offshores, que pasaron a través de Constructora Internacional del Sur, para terminar en cuentas de algunos de los funcionarios corruptos de Petrobras que luego se convirtieron en delatores premiados.

Eso describió apenas una pequeña parte del papel inusitadamente revelador que jugó Constructora Internacional del Sur en el esquema de lavado de dinero y donde hay apariciones y revelaciones sorprendentes.

La historia lleva a Panamá. La Fenicia de América Latina es siempre un destino interesante para cualquier investigador.

La Constructora Internacional del Sur fue creada mediante una escritura notarial el 11 de octubre de 2006, en Panamá, con un modesto capital de 10 mil dólares y la típica estructura de una offshore. Menos típica fue la elección de su Agente Residente, el PMC International Legal Services.


Constitución de la offshore panameña Constructora Internacional del Sur.

Uno de los miembros más notorios de esa firma es Ernesto Chong Coronado, un corredor de autos vinculado con un colombiano bastante más notorio que él: David Murcia, el "capo de las pirámides" financieras. 

Uno de los miembros más notorios de esa firma que entre otras cosas presta servicios de due diligence, es Ernesto Chong Coronado, un corredor de autos vinculado con un colombiano bastante más notorio que él: David Murcia.

A Murcia se lo llamó en Colombia el capo de las pirámides financieras, una especie de faraón del esquema Ponzi, que, cuando el suelo colombiano se puso muy caliente, mudó operaciones a Panamá, donde eventualmente entró en relación con Chong Coronado. PMC fue una de las dos firmas que constituyeron, según reportó La Prensa de Panamá, más de 200 sociedades anónimas vinculadas con la arquitectura piramidal de Murcia.

Al final, Chong y Murcia terminaron peleados cuando este acusó a aquel de haberse quedado con algunos de sus bienes más apreciados, entre los cuales estaban sus diamantes, un Ferrari y un Lamborghini (que increíblemente fue pintado con los colores de la Policía panameña, convirtiéndose así quizá en el patrullero más caro del mundo).


Ernesto Chong Coronado. (Foto: Cortesía Caretas)

A pesar de las tribulaciones de su agente residente, Constructora Internacional del Sur se mantuvo en funciones. El 21 de julio de 2009, sin embargo, tuvo un cambio fundamental en su estructura.

Ese día compareció ante el notario Cecilio Moreno Arosemena, el representante del nuevo Agente Residente de Constructora Internacional del Sur. Se trataba de Francisco Martinelli, primo dilecto del entonces flamante presidente de Panamá (había asumido el primero de julio), Ricardo Martinelli.

Francisco Martinelli era miembro del estudio de abogados Patton, Moreno & Asvat, que se convirtió en el nuevo Agente Residente de Constructora Internacional del Sur.

El cambio de Agente Residente energizó considerablemente a la compañía, pero no como constructora, pues hasta donde se sabe nunca puso un ladrillo sobre otro, sino como intermediaria de transacciones bancarias en busca del sigilo y anonimato.


El abogado Francisco y su primo Ricardo Martinelli, ex presidente de Panamá. (Foto: La Prensa)

Constructora Internacional del Sur recibió en su cuenta panameña más de 47 millones de dólares de dos compañías offshore que, según la fiscalía brasileña, pertenecen a Odebrecht.

En un período relativamente corto, sobre todo entre la segunda mitad del 2009 y el 2010, Constructora Internacional del Sur recibió en su cuenta panameña más de 47 millones de dólares de dos compañías offshore que, según la fiscalía brasileña, pertenecen a Odebrecht: Smith & Nash Engineering Company Inc.; y Golac Projects and Construction Corp.

A la vez, Constructora Internacional del Sur depositó más de tres millones de dólares en las cuentas europeas de offshores panameñas, cuyos beneficiarios eran los corruptos funcionarios de Petrobras: Paulo Roberto Costa, Pedro Barusco y Renato Duque. Tanto Costa como Barusco recibieron algo más de un millón de dólares cada uno; y Barusco 875 mil dólares.

¿Cómo podrá justificar ahora Odebrecht su enfática afirmación previa de no haber tenido ninguna vinculación con Constructora Internacional del Sur? ¿Reconociendo que quizá se realizaron las transferencias para el pago de sobornos, pero sin el conocimiento de los estamentos altos de la compañía? 

En las sociedades offshore panameñas es usual que los directivo (o “dignatarios”) de la compañía sean empleados del estudio de abogados, o del beneficiario de la offshore, que reciben un pago generalmente modesto, por prestar su nombre.

Francisco, ‘Frankie’ Martinelli, el primo del ahora ex presidente panameño Ricardo Martinelli, que actuó en representación de los agentes residentes de Constructora del Sur, tuvo la suerte de ser el empleador de Rodny [sic] Soto Núñez, chofer de aquel, que cobró nada menos que 2.3 millones de dólares por una sigilosa consultoría para una empresa subcontratista del Metro de Panamá, que construye Odebrecht.


André Rabello, representante de Odebrecht en Panamá, junto a Ricardo Martinelli. (Foto: La Prensa)

Rodny Soto recibió el dinero de la compañía Sofratesa, contratista del consorcio liderado por Odebrecht; y lo recibió a través de una sociedad anónima – Sarda Management S.A.– en la que desempeñaba funciones de “dignatario”. El contrato con Sofratesa por el que fue tan notablemente compensado, significaba “ofrecer servicios secretariales y conocimientos del mercado panameño y las relaciones comerciales que posee en el mismo”, de acuerdo con la investigación que hizo La Prensa al respecto. El hecho es que los 2.3 millones de dólares no parecen haber cambiado mucho la vida de Rodny Soto, pues cuando La Prensa, de Panamá, lo buscó para entrevistarlo, lo encontró en su nuevo trabajo, manejando un transporte pesado. “Ojalá tuviera yo ese dinero” le dijo al periodista.

Rodny Soto un humilde chofer pamameño, supuestamente recibió pagos por más de dos millones de dólares de una firma del Istmo, al parecer, vinculada a la constructura brasileña. 

Es que, como hubiera podido explicarlo ‘Frankie’ Martinelli y varios otros como él, parte del equívoco encanto de las offshore es que el que cobra no sea necesariamente el que recibe.

El acta de disolución empezó con la declaración del ‘Presidente’ de la Constructora en el sentido de que el objeto de la reunión era disolver la sociedad, “en vista de que sus objetivos habían sido realizados”.Luego de su febril actividad en la banca sigilosa, la Constructora Internacional del Sur fue disuelta el 15 de agosto de 2014, cuando la investigación del caso Lava Jato agarraba cuerpo y velocidad. Pocos días después el ex funcionario de Petrobras Paulo Roberto Costa llegó al acuerdo de ‘delación premiada’ con la justicia de su país. 

Así fueron los pagos 

En contra de la simpleza de tintorería que el nombre sugiere, el lavado de dinero es un delito cuya sofisticación y complejidad se multiplicó en las últimas décadas hasta el punto de superar, por buen tiempo, los mejores esfuerzos por combatirlo.


Libro ‘Crime de lavagem de dinheiro’, de Sergio Moro. (Fotocomposición: Agencia Brasil / IDL-Reporteros)

Los tres niveles de lavado

A la vez, la acusación fiscal de la Fuerza de Tarea Lava Jato del Ministerio Público de Brasil contra Odebrecht puede leerse, en sus 205 páginas de evidencias cuidadosamente organizadas, como un texto investigativo sobre cómo descubrir y descifrar un sistema de sobornos diseñado para ser virtualmente indetectable gracias a un elaborado mecanismo de lavado de dinero.

El desafiante objetivo que enfrentaron los fiscales de la Fuerza de Tarea Lava Jato fue revelar cómo Odebrecht sobornó ocultamente durante varios años a tres ejecutivos principales de Petrobras: Paulo Roberto Costa, Pedro Barusco y Renato Duque.

Para ser eficaz, el soborno debía buscar ser indetectable y sobre todo indemostrable. La forma de hacerlo en el caso Odebrecht, tal como descubrieron los investigadores federales brasileños, fue a través de un sistema de lavado internacional de dinero, que comprendía varias capas o niveles.

– La primera capa (o ‘camada’, según el término en portugués que utilizaron los fiscales brasileños), fue la “utilización de cuentas bancarias […] de la Constructora Norberto Odebrecht S.A. […] y de otras empresas de su grupo empresarial”. “Dentro de esas cuentas” estuvieron las creadas en el Banco PKB Privatbank AG, de Suiza, a nombre de varias offshores cuya beneficiaria económica en casi todos los casos era la Constructora Norberto Odebrecht. Algunas de esas offshores son la Smith & Nash Engineering Company INC; Golac Projects, Arcadex Corp…

– La segunda capa fue la utilización de ‘cuentas vinculadas’, creadas también a nombre de offshores, como por ejemplo el caso de Constructora Internacional del Sur, de Panamá.

– En la tercera capa se encontraban las cuentas “cuyos beneficiarios económicos son los agentes corrompidos de Petrobras, Paulo Roberto [Costa], Renato Duque y Pedro Barusco”. Los tres utilizaron cuentas offshore que, en varios casos, fueron residenciadas en Panamá, pero con cuentas bancarias en Suiza o Mónaco.

La forma en la que estos tres niveles interactuaban era cualquier cosa menos simple.

La Fiscalía del Brasil determinó la ruta de los diversos montos, casi todos millonarios, que pasaron de las compañías de Odebrecht a sus offshores y de ahí a las ‘vinculadas’, antes de llegar a las que pertenecían a los funcionarios corruptos.

Las flechas (ver infografía) ilustran la ruta de los diversos montos, casi todos millonarios, que pasaron de las compañías de Odebrecht a sus offshores y de ahí a las ‘vinculadas’, antes de llegar a las que pertenecían a los funcionarios corruptos de Petrobras.

Los fiscales pudieron determinar con precisión (y aportan la prueba en la acusación), que Odebrecht es beneficiario (o dueño final) de las offshores del primer nivel de lavado; y que Costa, Barusco y Duque son los beneficiarios de las offshores del tercer nivel de lavado.

La autoría y responsabilidad por este esquema quedó adicionalmente clara cuando los fiscales de la Fuerza de Tarea revelaron la participación operativa de funcionarios de Odebrecht en cada uno de los tres niveles, en especial de Bernardo Freiburghaus, el doleiro (operador y traficante financiero) principal de Odebrecht, hoy refugiado en Suiza gracias a su doble nacionalidad. La prueba es muy precisa, sin duda fruto de la colaboración de las autoridades suizas y monegascas.

Con información de IDL Reporteros

 

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