
Periodista de Investigación, escritora de poesía y narrativa corta, especialista en perfilación criminal.

A seis horas de la quebrada de Zoilayaku se observa la tala de árboles de cedro y de chuncho. Son restos de la tala que los madereros ilegales no lograron llevarse en tablones. Foto: Guardabosques
Hablar del pueblo ancestral kichwa Kawsak Sacha, es hablar de la Selva Viva que se encuentra en Pastaza. Es reconocer a una de las regiones de alta biodiversidad del mundo que está junto al Parque Nacional Yasuní y la Zona Intangible Tagaeri-Taromenane. Kawsak Sacha está compuesta por siete comunidades kichwa: Nina Amarun, Macao, Sisa, Lorocachi, Jatun Playa y Victoria. Estas comunidades se encuentran en la cuenca baja del Río Curaray. La comunidad de Yana Yaku está en la cuenca baja del río Pinduk Yaku. Son alrededor de 103 familias y 700 habitantes que conforman este pueblo ancestral que consta de 200 mil hectáreas.
Kawsak Sacha está en la zona fronteriza con el Perú. Por esta razón, estas comunidades además de convivir con la naturaleza lo hacen con militares que se encuentran en este sitio para brindar seguridad limítrofe. Cinco destacamentos tácticos cubren el límite con el Perú: Cononaco, Lorocachi, Tigre, La Boca e Ishpingo. Estos destacamentos militares tienen relevancia desde los primeros conflictos con el vecino país, desde los años cuarenta del siglo pasado. El destacamento militar que se encuentra cerca al parque Yasuní es el de Cononaco, por lo que cualquier novedad se reporta a los militares de este sitio. El destacamento militar que está dentro de una de las comunidades de Kawsak Sacha lleva el mismo nombre de la comunidad: Lorocachi. Este destacamento se activó en los cincuenta y fue importante en los noventa, en la llamada Guerra del Cenepa, en ese entonces se llamaba Batallón de Selva Número 48, Sangay. Las casas preparadas para los oficiales ocuparon gran parte del territorio de Lorocachi y su presencia permitió que la comunidad también gozara de luz eléctrica y agua potable. Cuando llegó la paz, solo quedó un pequeño destacamento y se quitaron los servicios básicos para el lugar y para la comunidad.
A pesar de la presencia militar en la zona, las comunidades de Kawsak Sacha sufren hechos que destruyen su naturaleza como es la tala ilegal de bosques, la cacería de animales y la presencia de dragas. Los líderes de Kawsak Sacha denunciaron todo esto desde el 2019, hasta que en marzo del 2021 unos guardabosques encontraron cerca a la quebrada de Zoilayaku cuatro campamentos de taladores ilegales, quienes los amenazaron de muerte. Al encontrar los campamentos pidieron ayuda a los guardaparques de Ceilan, que cuidan el parque Yasuní, y estos a su vez navegaron hasta el destacamento militar de Cononaco, para que los militares brinden seguridad, detengan a los madereros ilegales y terminen con la tala de árboles. Pero hay tantas horas de distancia entre Zoilayaku, Ceilan y el destacamento del Cononaco que, cuando regresaron con refuerzos, los taladores ilegales habían huido de los campamentos.
El último decomiso tenía un valor de USD 4 millones. El cedro y el chuncho son especies protegidas, su tala y venta en el caso del cedro (cedrela odorata) está restringida a obtener un certificado estatal, pero durante el 2022, las cifras oficiales hablan de 856 m3 retenidos de diferentes especies, pero se considera que la tala ilegal tiene un alto subregistro.
A pesar de la presencia militar en la zona, las comunidades de Kawsak Sacha sufren hechos que destruyen su naturaleza como es la tala ilegal de bosques, la cacería de animales y la presencia de dragas. Según cuentan los líderes de Kawsak Sacha, todo esto lo denunciaron desde el 2019.
Los guardabosques que forman parte del Proyecto del Ministerio del Ambiente, conocido como Socio Bosque, se asustaron por lo sucedido y renunciaron. Para Nelson Santi, quien fue uno de los guardabosques que encontró los campamentos, los taladores de árboles vivían desde hace tiempo en ese sitio porque encontraron animales que no son propios de la selva, como gallinas y gallos, quintales de azúcar, arroz y por supuesto motosierras y armas. Santi cuenta que en el momento en que descubrieron los campamentos encontraron a mujeres cocinando y algunos hombres cuidaban el lugar. “Si ustedes se aparecían cuando todos estaban aquí, no habrían salido vivos, como este mono habrían quedado y si dicen algo así les vamos a hacer, nos dijeron, y nos tomaron fotos. Habían matado a un mono, le habían cortado la cabeza y eso nos mostraron, dijeron que así íbamos a quedar”, afirma asustado Santi.
En marzo y abril del 2021, guardabosques, guardaparques y militares descubrieron campamentos de madereros ilegales, según sus testimonios los integrantes del campamento eran peruanos. Fotos: Guardabosques
En agosto de este año se encontraron tortugas muertas, armamento de cacería y se descubrieron trampas colocadas para las tortugas charapas. Los guardabosques y militares hallaron restos de comida, quintales de arroz y azúcar. Los indicios muestran que los cazadores y madereros vivían hace tiempo en el lugar. Fotos: Guardabosques
Los guardabosques encontraron grandes espacios talados y los árboles cortados ya estaban convertidos en tablones para llevarlos por la ribera del Curaray, cuando el río creciera. Los árboles talados son de cedro y de chuncho. Según testimonios de guardabosques de Kawsak Sacha, guardaparques del Yasuní e incluso militares del Lorocachi y de Cononaco, los madereros ilegales serían peruanos. También los señalan como culpables de la cacería y de meter dragas.
La tala de árboles no solo se da en la ribera del Río Curaray, también en las riberas de los ríos Lobo y Aucayaku. Los campamentos donde habrían vivido los madereros ilegales durante meses están a seis horas del inicio de la quebrada de Zoilayaku.
Habitantes de Kawsak Sacha junto con los guardabosques agruparon los tablones dejados por los madereros, hay varios montones de ellos que están botados en la mitad de la selva. Foto: Guardabosques
Después de este episodio, según lo que narran habitantes de Kawsak Sacha, continúa la tala ilegal de madera. Talan en la noche y por falta de monitoreo militar, buena señal de internet, equipos de comunicaciones como radios, las largas distancias y hasta la falta de combustible para movilizarse en canoa motorizada, no se puede impedir que continúe el problema. Tanto guardabosques como guardaparques y otras personas del sector indican que los destacamentos que están cerca de Kawsak Sacha están mal ubicados porque desde sus puntos no pueden ver la tala de árboles o la cacería de animales, pues se encuentran lejos de las riberas del río Curaray.
En la quebrada de Zoilayaku se observa la destrucción de árboles y la abertura de caminos para sacar la madera. Foto: Ana Minga
Para Jonatan Grefa, presidente de Kawsak Sacha, el peligro de la tala de árboles no implica solo destrucción ambiental, sino también el peligro de perder vidas humanas. Los guardabosques y los habitantes de la zona están en riesgo, pues están desarmados frente a los madereros ilegales que tienen escopetas calibre 16. También están en peligro los taromenani y tagaeri, que al escuchar las motosierras y disparos de las escopetas de los madereros pueden salir y enfrentarse a ellos, lo cual produciría una matanza, pues los pueblos no contactados solamente cuentan con lanzas.
Vista panorámica de Kawsak Sacha, aquí se observa el río Curaray junto al cual están seis comunidades de este pueblo ancestral. Fotos: Ana Minga
El comandante del Batallón de Selva Número 49 Capitán Chiriboga, teniente coronel Marcelo Defaz, dice que la fuerza militar cubre el límite con el Perú en esa zona de Pastaza y Macas. Los militares siempre están pendientes de que las marcaciones limítrofes estén claras como se acordaron en el Acuerdo de Paz (Acta de Brasilia, 1998). Sin embargo, acepta que no existe monitoreo porque no cuentan con lanchas para vigilar las riberas de los ríos y los puntos donde se han dado las denuncias de tala de bosques, cacería y la presencia de dragas. El acceso a dichos puntos solo es fluvial. También afirmó que las distancias y la falta de comunicación juegan en contra para atrapar a los taladores y cazadores ilegales.
Según el teniente coronel Defaz, cada vez que los guardaparques del Yasuní han pedido apoyo para seguridad en el sector de Cononaco y en el río Curaray, se los ha brindado oportunamente. También menciona que hay coordinación e intercambio de información con militares del Perú para detener la tala, la cacería y la minería ilegal. Pero acepta la falencia al no tener lanchas para hacer monitoreos. Defaz dice que los militares de los destacamentos de Lorocachi y Conocaco esperan que lleguen cinco lanchas para realizar el trabajo de vigilancia, porque ya se ha solicitado este transporte al Ministerio de Defensa. “Al no tener las lanchas y tener denuncias hacemos reconocimiento aéreo. Las últimas actividades ilegales que hemos identificado son dragas que quieren ingresar para hacer minería ilegal. La última draga que se detuvo fue de Brasil que quería ingresar al territorio waorani”, cuenta Defaz.
La presencia de dragas se vuelve constante en la zona, tanto militares como guardaparques se enfrentan a quienes las manejan para sacarlas del sitio. Recientemente en octubre de este año hubo la presencia de una embarcación en el área del Yasuní. Fotos: Guardaparques
Los habitantes de las comunidades de Kawsak Sacha aseguran que la tala de cedro y de chuncho continúa. Se han dado alertas y reuniones con las autoridades pero no se llega a una solución definitiva. Lo único que pueden hacer es recoger la madera que dejan botada los taladores y amontonarlos de la misma forma que hacen con los animales que son víctimas de la caza ilegal. Los animales que se logran decomisar son enterrados.
Pero, a pesar de haber dado con algunos taladores de bosques y cazadores ¿por qué no se los ha puesto en manos de la justicia? Según los militares de Lorocachi y de Cononaco, esta labor le corresponde a la policía y a la fiscalía. En algunas ocasiones ha faltado una avioneta para llevarlos hasta el Puyo para ponerlos bajo procesos correspondientes. Como no hay transporte y no hay policías en la zona, quedan libres.
En la actualidad, tras la visita realizada para este reportaje se visibilizan grandes zonas desiertas, árboles cortados, conjunto de tablones amontonados, olvidados en la selva.
A pesar de los avisos realizados por los líderes de Kawsak Sacha, aún las autoridades del Ministerio de Ambiente, Fiscalía, Ministerio de Defensa no toman cartas en el asunto y no hay planes de remediación ante las áreas destrozadas por la tala. Foto: Guardabosques
Los mismos habitantes de Kawsak Sacha sacaron los tablones de madera de la quebrada de Zoilayaku para colocarlos a un costado, según lo dicho por los guardabosques, ningún representante del Ministerio del Ambiente ha ejecutado este trabajo ni ha realizado monitoreos. Foto: Fundación Sacha Warmi
Fauna en peligro en Kawsak Sacha y el Yasuní
Tras las denuncias de tala ilegal de bosques y cacería, que se han dado desde el 2019, según Didier Lacaze, director de la Fundación Sacha Warmi; Rosa Vacacela, directora del Instituto Quichua de Biotecnología Sacha Supay, IQBSS; Jonatan Grefa, presidente de Kawsak Sacha; Carlos Nahua, vicepresidente de Kawsak Sacha y otros líderes de las siete comunidades que integran la zona, el problema continúa. Incluso en este año, el 26 de agosto se dio un decomiso de animales que fueron cazados. Esta información también fue dada por los militares de la zona.
Se consultó al Ministerio del Ambiente sobre si estaban al tanto y si realizaron monitoreos en esta parte limítrofe con el Perú, yrespondió por correo electrónico que la entiddad no tiene registro de la problemática, por lo que no es necesario hacer sobrevuelos. También se consultó si tienen registro de la biodiversidad que existe en este lugar y esta fue la respuesta: “El Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, no ha realizado un registro de biodiversidad de forma específica en la zona, sin embargo se tiene información de la fauna que habita en el lugar debido a su rango de distribución de hábitat, por encontrarse en el ecosistema de bosque húmedo tropical las especies con mayor grado de amenazas que se registran en la zona son: Grandes Carnívoros: Jaguar y Puma. Mamíferos: Pecarí de labio blanco; Tapir; Venado colorado; Guanta. Aves: Paugil, Pava de monte, Guacamayos y Loros. Reptiles: Caimán Negro, boa constrictor. Anfibios: Rana Tricolor. Especies que son muy sensibles a cualquier cambio en la cobertura vegetal o condiciones idóneas de su hábitat (sic)”.
"Los militares sí han estado presentes cuando los vamos a ver, pero no controlan porque no tienen botes, ellos pasan en su destacamento, están metidos, alejados del río grande, ellos no pueden ver quien se está cruzando al territorio ecuatoriano. Nosotros no contamos con equipos para hacer patrullaje en la noche.”
Además se explicó que el cuidado ambiental era responsabilidad de los guardabosques y guardaparques, que son contratados con un incentivo económico y rotan cada seis meses. Según comunicación del Ministerio del Ambiente, en Kawsak Sacha existen ocho guardabosques que están dentro del proyecto Socio Bosque y están contratados para cuidar 135 mil hectáreas de las 200 mil que corresponden a su territorio.
La tala de los bosques en Kawsak Sacha existe y a esto se suma la cacería. Según los guardabosques de las siete comunidades, los animales que son cazados son: tortugas charapas, los huevos de estas tortugas, monos, caimanes, venados, guantas, pescados, el delfín rosado, la danta y el paiche. La zona donde hay más cacería es en la laguna de Dantacocha, cerca de Ceilán, una zona que ya está dentro del Parque Nacional Yasuní.
Cuchucho amazónico fue rescatado por habitantes de la comunidad de Victoria. El animal muestra heridas por estar sujetado con una cuerda. Fotos: Ana Minga
Tanto los guardabosques, como guardaparques y militares que se encuentran en Kawsak Sacha afirman que la vida en la zona es difícil y que los funcionarios que se encuentran en las oficinas de la capital no imaginan el peligro y la realidad que afrontan en esta parte limítrofe. “Siempre se mandan documentos para que las autoridades de arriba tomen acciones y que vengan a ver, que vengan acá. Desde sus oficinas no entienden que árboles que hemos tenido durante décadas ahora están talados, nosotros hemos cuidado los huevos de las tortugas charapas pero todo se llevan los peruanos”, indica Grefa. “Lastimosamente allá en la ciudad, en Quito, no entienden las necesidades que tiene la gente aquí, nosotros como militares no tenemos ni lanchas para hacer monitoreo”, aseguró un militar que prefirió no dar su nombre por temor a represalias.
Animales que están en peligro de extinción son cazados desde el 2020. En la foto se ve a un venado y a un caimán. Según lo narrado por pobladores de la zona, los cazadores se llevan estas especies para venderlas en el mercado de Iquitus. Fotos: Guardabosques y Guardaparques
Militares y guardabosques tienen ubicado a uno de los supuestos cazadores peruanos, su nombre sería Enrique Panduro, quien para cazar pasaría con seis hombres más, completamente armados, a territorio ecuatoriano. Frente a este hecho, los guardabosques de Kawsak Sacha como los guardaparques del Yasuní dicen sentirse en peligro pues ellos no cargan armas y para pedir ayuda a los militares pasan horas navegando por el río Curaray.
Una especie en peligro de desaparecer es la tortuga charapa. En la gráfica se ve a una tortuga ahumada.
Foto: Guardabosques
Cada guardabosque pertenece a las comunidades del sector, su trabajo dura seis meses, por este tiempo les pagan un valor de 2.325 dólares y les entregan únicamente una camiseta, gorra y un chaleco para que desarrollen su trabajo. Estos implementos no son suficientes para su seguridad.
Eduardo Grefa, guardabosque de Jatun Playa, indica que no tienen seguridad. “Nosotros luchamos por la flora y fauna, para que no se destruya, pero los ilegales son más y si algo nos pasa a nosotros porque no andamos armados, el Estado no va a reconocer a nuestras familias. Siempre encontramos trampas de tortuga para atraparlas, el Estado no ha hecho nada contra la tala, no podemos controlar, nosotros solo andamos con un machete”, afirma Grefa. Mientras tanto el guardabosque de Sisa, Carlos Santi, comentó que en varias ocasiones se ha invitado a las autoridades de la capital para que conozcan la realidad limítrofe pero nadie ha llegado a constatar las denuncias.
Guardabosques tras dar aviso a los militares de la zona de la presencia de cazadores en la Laguna de Dantacocha, los ilegales les disparan mientras militares y guardabosques están desarmados y se lanzan al piso de la canoa para esquivar las balas.
José Alvarado, guardabosque de Lorocachi, cuenta que hay mucha pesca ilegal, robo de tortugas y hay presencia de dragas. Gabriel Cuji, también es guardabosque de la comunidad de Lorocachi, indica que la cacería y las trampas son colocadas en la noche y pide ayuda porque están solos frente a grupos ilegales bien equipados. Adrián Rivera, guardabosque de la comunidad de Victoria, dice que en los últimos años los peruanos están ingresando al territorio ecuatoriano. “En esta zona de Dantacocha están acabando con los animalitos, hasta las aves se llevan y no contamos con el apoyo necesario para proteger al cien por ciento. Los militares sí han estado presentes cuando los vamos a ver, pero no controlan porque no tienen botes, ellos pasan en su destacamento, están metidos, alejados del río grande, ellos no pueden ver quien se está cruzando al territorio ecuatoriano. Nosotros no contamos con equipos para hacer patrullaje en la noche, es por eso que los peruanos entran en la noche y luego regresan a su país”, señala Rivera.
Estas son las viviendas en Lorocachi, carecen de agua potable y de luz eléctrica. La falta de agua potable ha generado enfermedades en su población. Foto: Ana Minga
Los animales que cazan se estarían vendiendo en el mercado peruano de Iquitos según testimonios de los habitantes de Kawsak Sacha.
Según Defaz, los militares ecuatorianos coordinan acciones con las autoridades competentes, como la intendencia de policía, para que siga el proceso contra los cazadores, pero en varias ocasiones no se les ha podido llevar hasta el Puyo por falta de transporte aéreo.
A pesar de estos problemas, hay propuestas para salvar la naturaleza, una de ellas viene desde la Fundación Sacha Warmi, que según su director Didier Lacaze, ha presentado una solicitud al Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, INPC, para que se reconozca como un patrimonio cultural inmaterial a los sonidos del bosque, esta manifestación cultural se llama Sacha Taki: Sacha es bosque, Taki es canto. Sacha Taki, voces y cantos de la selva, es una propuesta para valorar el patrimonio sonoro de los bosques tropicales tomando en cuenta que sus pobladores tienen una relación muy cercana con la naturaleza.
Según lo que narra Lacaze en la ficha técnica registrada ya en el INPC, la gente de Kawsak Sacha se comunica con la naturaleza mediante sueños, visiones, inspiraciones, cantos, rezos, súplicas, silbidos, soplos y diversas otras formas de expresiones culturales, hay un nexo íntimo entre su cultura y la naturaleza. "Nuestra selva canta a través de todos los seres vivos que hay en ella; nosotros le cantamos a la selva, y queremos que así sea para siempre", testifica Nancy Santi.
A pesar de estos problemas, hay propuestas para salvar la naturaleza, una de ellas viene desde la Fundación Sacha Warmi, que según su director Didier Lacaze, ha presentado una solicitud al Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, INPC, para que se reconozca como un patrimonio cultural inmaterial a los sonidos del bosque.
Pero dice que aún falta que se reconozca esta manifestación de los cantos de la selva en la lista oficial para lo cual la propia comunidad debe realizar una solicitud y argumentar la vulnerabilidad de la zona. Dicha vulnerabilidad asciende por la tala, cacería y presencia de dragas buscando oro. Al incorporarse en la lista oficial como patrimonio cultural inmaterial – dice Lacaze – el Estado debe dar garantías para cumplir con un plan de salvaguardia que salga de la misma comunidad de Kawsak Sacha. Y después de entrar en dicha lista, se puede presentar la propuesta a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco, para que esta zona sea considerada patrimonio natural y cultural de la humanidad. “Una vez que el Estados ecuatoriano reconozca que los cantos de esta zona son parte del patrimonio cultural inmaterial, se puede aplicar a la Unesco para que sea reconocido dentro de otra categoría más a fin al lugar, la categoría de patrimonio natural-cultural. Cuando la Unesco reconoce un patrimonio tiene el compromiso de otorgar fondos para apoyar el plan de salvaguardia, para contrarrestar las amenazas que existe sobre este patrimonio, y en este caso sí las hay, está la tala de bosques, la cacería y la incursión de dragas”, indica.
Los habitantes de Kawsak Sacha olvidados por el Estado ecuatoriano
En años anteriores, cuando aún existía el Batallón de Selva Número 48 Sangay, al menos la comunidad de Lorocachi tenía agua y luz, pero desde que cerró esta área a partir de la paz con el Perú, las comunidades tienen que tomar agua del río, alumbrarse con velas y en el mejor de los casos utilizan linternas. Dicho batallón ahora es el destacamento militar de Lorocachi. En toda la comunidad no hay internet, solo en el destacamento, pero la señal es débil. El único profesor del sector, Eduardo Atanasio, siempre acude al destacamento para solicitar internet. Él educa a alrededor de 108 niños.
La comunidad de Jatun Playa es una de las siete comunidades de Kawsak Sacha, uno de sus principales requerimientos es la entrega oportuna de medicinas para sus niños. Foto: Ana Minga.
“Aquí todo es difícil, no tenemos internet y nos piden informes. A los chicos, a los más grandecitos les gusta leer pero no tienen internet para prepararse”, comenta el profesor mientras intenta conectarse varias veces a la red del destacamento militar. “¿Usted ve a los niños que son flacos pero que tienen el estómago gordito? No es que están gordos, tienen lombrices y siempre pasan enfermos, les da fiebre y diarrea, tenemos impotencia porque no hay médicos ni medicinas por aquí, no podemos ayudarlos, cuenta un militar mientras espera la llegada de un helicóptero para el relevo mensual.
En las otras comunidades como Victoria, Jatun Playa, Sisa, Nina Amarun, Pinduk Yaku, no existe internet, ni agua, ni luz. Y todas las siete comunidades carecen de atención médica. Los profesionales de la salud llegan a Kawsak Sacha cada dos o tres meses. Hay niños y adultos enfermos y necesitados de medicinas. Según lo que cuentan los habitantes de la zona, incluso cuando llegan los médicos no llevan medicinas suficientes.
“Las doctoras vienen por un mes y luego se van, los niños se enferman y no hay dónde llevarlos, no hay vuelos, antes Tame ingresaba cada ocho días y se podía llevar a los enfermos hasta el Puyo”, cuenta Nahua, vicepresidente de Kawsak Sacha. Roberto Asitimbey, poblador de Lorocachi, indica que necesitan desde odontólogos y que los médicos que ingresan a la zona no los atienden porque les dicen que no tienen agua ni luz y que ellos solo trabajan de lunes a viernes. “Los médicos y doctoras pasan en el destacamento de Lorocachi con los militares y las personas a veces fallecen por picaduras de serpientes, los niños se enferman y cuando los trasladamos por el río, en el camino se mueren porque se demora dos días hasta llegar al centro de salud al Puyo. Y no hay vuelos. Tenemos mucha necesidad aquí”, afirma.
Las doctoras vienen por un mes y luego se van, los niños se enferman y no hay dónde llevarlos, no hay vuelos, antes Tame ingresaba cada ocho días y se podía llevar a los enfermos hasta el Puyo, cuenta Nahua. Roberto Asitimbey indica que los médicos que ingresan a la zona no los atienden porque les dicen que no tienen agua ni luz y que ellos solo trabajan de lunes a viernes.
De lo que se pudo observar en la visita a Kawsak Sacha, hay niños enfermos, con fiebre, con infecciones estomacales por tomar agua del río contaminado. Los animales domésticos están en huesos, hay necesidades de alimentos variados, por lo que se deduce que los niños sufren de desnutrición crónica. Los adultos también están enfermos. Los pobladores de Lorocachi hicieron el esfuerzo de construir una vivienda para que allí atiendan los médicos, pero está abandonada pues prefieren ir al destacamento militar de Lorocachi.
Este es un dispensario médico construido por los habitantes de Lorocachi, pero este centro está vacío porque los médicos no llegan al lugar, prefieren hospedarse en el destacamento militar de Lorocachi. Foto: Ana Minga.
Canchas deportivas del destacamento militar de Cononaco. Foto: Ana Minga
Los niños enferman, tienen fiebre y para llevarlos hasta el Puyo por río, pueden demorar en llegar tres días. Los pobladores cuentan que algunos niños mueren en el camino, además cruzar el Río Villano es peligroso. Foto: Ana Minga.
El traslado de enfermos en canoa motorizada por el río es peligroso, porque deben cruzar el río Villano, cuyo nombre se debe a que varias embarcaciones tuvieron accidentes donde hubo fallecidos. Esta complicación en el transporte hace que los habitantes de las siete comunidades de Kawsak Sacha esperen con ansias el relevo militar que se da cada mes en helicóptero, porque allí pueden volar hasta el Puyo.
La única oportunidad que tienen los pobladores de las comunidades de Kawsak Sacha para salir al Puyo es cuando hay relevo militar cada mes, esperan días con sus equipajes a que llegue el helicóptero en las canchas del destacamento de Lorochachi. Fotos: Ana Minga
Para la realización de este reportaje se solicitó ayuda al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y al departamento de comunicación del Ministerio de Defensa, para que el viaje de retorno a la Shell-Puyo sea en el helicóptero enviado para el relevo militar. Sin embargo, mediante oficio del 20 de septiembre hubo una respuesta negativa ya que según el Comando Conjunto no pueden subir civiles a las aeronaves militares y ellos no pueden intervenir en este sector, ya que Kawsak Sacha estaría en territorio no contactado y citaron en dicho oficio el artículo 57 de la Constitución, numeral 20, que habla de las limitaciones de las actividades militares en estos territorios. Pero, los militares de la zona sí llevan a civiles en sus helicópteros, lo hacen para ayudarlos ya que no tienen maneras de transportarse, aunque les cobran a cada uno 15 dólares y un adicional si llevan carga.
La gente sube desesperada al helicóptero militar porque no alcanzan todos a obtener un puesto, ya que el espacio es ocupado por los militares que salen de la zona. Dentro de la aeronave se acomodan entre sus propias maletas y la de los militares. Foto: Ana Minga
En el pueblo ancestral Kawsak Sacha hay personas que intentan tener una vida normal, contar con educación para sus hijos, quieren tener atención médica, realizan varios trámites en el Puyo, incluso van a votar cuando es época electoral; es decir, no son habitantes no contactados para que se los olvide y se queden sin transporte.
Con respecto a por qué se cobra 15 dólares a cada persona que se sube al helicóptero y cuál es el destino de este dinero, ningún militar quiso dar respuesta. El teniente coronel Defaz dijo que no puede contestar por falta de conocimiento y que eso depende de la unidad aérea. Quienes viven en las comunidades piden con desesperación que vuelvan los vuelos humanitarios a la zona, al menos una vez por semana, como se hacía cuando existía Tame, tomando en cuenta sus escasos recursos económicos ya que un vuelo privado a Lorocachi desde la Shell esta alrededor de los 600 dólares, si es compartido tiene un valor aproximado entre 150 a 200 dólares. Estas cifras son impagables para los habitantes de Kawsak Sacha, la selva viva que agoniza por la indiferencia del Estado.
Nota: Este reportaje es parte de la primera edición de InvestigaTour Ecuador, organizado por Fundamedios, con el apoyo y acompañamiento de Convoca Perú.
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