

El ministro del Interior, José Serrano, condecora al comandante general de la Policía, Fausto Tamayo, en una ceremonia oficial.
El teniente Alexis Cifuentes, a pesar de su corta edad, su poca experiencia y su rango subalterno, era poderoso dentro de la Policía Nacional; poderoso precisamente donde se decide sobre la política: la Presidencia de la República. Cifuentes, o El Cifu, tenía nada menos que un cargo de Asesor 5, dentro de la nómina de Carondelet, y aunque cumplía funciones de escolta de la caravana del presidente Correa, no dejó de acompañarlo en los desplazamientos del primer mandatario, incluso en el exterior.
De acuerdo a la versión libre y sin juramento de la señora Mariana Pico Alvear, secretaria ejecutiva del presidente de la República, ofrecida el pasado 18 de febrero, ante el entonces fiscal provincial Wilson Toainga, la funcionaria dijo,a demás, que conocía a Cifuentes Bedoya desde el 2010 y que “el trabajaba como asistente mío en el despacho presidencial”. Alexis Cifuentes tenía, entonces, tres funciones.
Es la presencia de este joven oficial, con una relación directa con el despacho del Presidente, su secretaria ejecutiva y el propio Presidente, el que es mencionado por el teniente Ernesto Montenegro, cuando solícito este oficial se acercó un día al despacho del general Fausto Tamayo, cuando este alto oficial era director de Personal de la Policía Nacional. Mi general, le dijo en julio del 2014, hay altas probabilidades de que usted sea el nuevo Comandante General Se lo dijo en las gradas de acceso del Ministerio del Interior, detrás del Palacio de Carondelet. Montenegro se presentó como parte de un grupo de inteligencia a las órdenes del Ministro del Interior, José Serrano. Y se puso a las órdenes. Luego, cuando lo visita en su despacho para anunciarle sus posibilidades de ser comandante, le dice a Tamayo “tengo un body que trabaja en la Presidencia, con el señor presidente de la República”, quien le habría asegurado de esas posibilidades. Las visitas de Montenegro se hicieron más comunes.
En agosto del 2014, Montenegro llegó con la noticia de que el teniente Cifuentes quería hablar con el general Tamayo. El ex comandante cuenta en su versión que Cifuentes le llamó a su teléfono y le dijo “mi general, estamos hablando aquí en la Presidencia, en el Ministerio del Interior, para que el señor presidente le designe a Usted”. Tamayo dice no haberle creído en primera instancia, pero por el mes de octubre del 2014, Cifuentes le aseguraba que “como él acompañaba al Presidente de la República a todos lados, a las sabatinas, a las visitas a todas las provincias del país e inclusive a los viajes al exterior, (…) y en esas visitas se acercaban al Presidente muchas personas y le pedían de favor que interceda ante las autoridades de Policía para que sus familiares sean dados el pase a sus lugares de residencia, y que el Presidente disponía a la señora Mariana Pico -decía Cifuentes- para que anote los nombres de los policías a los cuales el Presidente se comprometía a trasladar a sus lugares de residencia”.
Léa la primera parte del escándalo de la compra venta de pases en la Policía.
En su testimoni ante la Fiscalía, el general Tamayo relata que el teniente Montenegro, que trabajaba en el Ministerio del Interior, llegó a su oficina y le dijo que el teniente Cifuentes Bedoya, por disposición de la señor Pico, secretaria del presidente Correa, le había dipuesto que tramite en la Dirección de Personal "unos pases que le había solicitado el señor Presidente". Ante esta situación, Tamayo dijo haber dispuesto al coronel Gary Arrellano, jefe de Analistas de la Dirección de Personal, que cuando llegaran solicitudes de pases enviadas por el teniente Cifuentes desde la Presidencia, realizara un parte informativo en el que se detallen datos como hora, lugar, quién hace el pedido. También dice que dio parte de las solicitudes de Cifuentes al comandante general de entonces, Rodrigo Suárez, quien le autorizó a tramitar esos pedidos de la presidencia, pero que llevara el registro respectivo. Los pases tabién llegaban vía redes socieles interna y correo electrónico. Desde entonces se llevó un registro detallado de esas solicitudes, que, escritas con puño y letra por un oficial, Torres, ahora son parte del proceso, y en el cual constan solicitudes de todo origen, desde el vice minsitro del Interior, Diego Fuentes; la secretaria de la Presidencia, hasta el director de la Secretaría Nacional de Inteligencia, en cuyo nombre fue en varias ocasiones el teniente coronel, Francisco Saavedra, miebro de la Dirección de Inteligencia de la Policía Nacional.
General Fausto Tamayo, ex comandante de la Policía Naciona, hoy detenido.
En octubre, ya como comandante de la Policía, el general Tamayo relató que estos dos tenientes terminaron por imponerle varios oficiales en su círculo cercano, aparentemente actuando en nombre del ministro José Serrano, o actuando como sus voceros. Tamayo había decidido conformar un grupo de seguridad personal y un equipo de seguridad inmediata. Como jefe de los dos equipos fue designado el capitán Juan Carlos Pacheco. Este oficial debía conformar los equipos con personal del GIR o del GOE y del grupo Gema, bajo parámetros de absoluta confianza. También designó a la coronel Mery Cozar, como secretaria del Comando General.
Al día siguiente de posesionado, dice Tamayo, los tenientes Montenegro y Cifuentes fueron a su despacho "y me dijeron que ellos habían coordinado con el señor ministro del Interior y que habían decidido, para que yo tenga éxitos en las funciones, designar al teniente coronel Parra como mi edecán y ayudante". Parra había sido edecán del comandante Patricio Franco y del ministro Serrano.
Con el mismo argumento -orden del ministro- le fue impuesto su ayudante para que le ayude con la agenda, el teniente Aguiar, y al mismo teniente Montenegro como miembro de su equipo de seguridad, quien hasta el momento trabajaba en una oficina de inteligencia en el Ministero del Interior, hecho irregular segun fuentes consultadas por Plan V, ya que institucionalmente solo la Dirección de Inteligencia de la Policía y la Senain pueden realizar estas funciones. Los dos tenientes también trasmitieron órdenes del ministro Serrano, según dijeron a Tamayo, de que ellos mismo se encargarían de fortalecer su imagen profesional y las relaciones políticas, mientras que el comandante se encargaría de lo operativo y lo disciplinario en la institución. Solo de eso, porque de las designaciones de los comandantes y otros altos cargos del alto mando policial tampoco se encargó Tamayo: "yo no designé a ningún oficial general, coronel ni teniente coronel para plaza alguna".
"Todas las designaciones fueron consultadas y dispuestas por el señor ministro a través de Cifuentes y Montenegro", dijo Tamayo. Además, el teniente Montenegro fue designado para cumplir funciones de avanzada del comando general.
Esas designaciones se hicieron sobre la base de una comisión presidida por el general Patricio Pazmiño "con la aprobación del señor ministro Serrano", dijo el excomandante en su versión ante la fiscalía. Así, aseguró el general Tamayo, que siendo comandante general no dispuso los pases para direcciones generales, direcciones nacionales, comandantes de zona, subcomandantes, jefes y sub jefes de servicios policiales. Incluso el jefe de analistas de pases de la Dirección de Personal fue relevado por orden del ministro. Nombre que finalmente fue sugerido, según dice el general, por los tenientes Cifuentes y Montenegro. En el cargo fue puesto el teniente coronel Aldrin Torres.
"Todas las designaciones fueron consultadas y dispuestas por el señor ministro a través de Cifuentes y Montenegro", dijo Tamayo. Además, el teniente Montenegro fue designado para cumplir funciones de avanzada del comando general, y su tarea, junto a dos miembros policiales, era averiguar el clima laboral de las unidades policiales, sobre todo en temas de logística, rancho, uniformes y, especialmente, en las inquietudes crecientes sobre la situación del seguro social de la Policía.
El ministro del Interior José Serrano, quien se atribuye el descubrimiento de las irregularidades.
Dos tenientes de la Policía, gracias al respaldo político del Minsitro del Interior, los oficiales que ahora están sindicados en uno de los mayores atracos en la Policía Nacional, manejaron a su antojo las decisiones que correspondía al comandante general. Tal es la coartada de Tamayo. Para él, según consta en su declaración ante el fiscal provincial de Pichincha, el sistema de pases en la Policía pasa por tantos filtros, que, o todos están involucrados en el sistema de corrupción, o quien lo hizo contó con la protección al más alto nivel, pues cada pase, sea por la circunstancia que sea, es sometido al escrutinio en la Dirección de Personal por varios analistas. Si hay un pase irregular, dice Tamayo, que no cumple el reglamento o contradice las normas disciplinarias, esto debió hacerse conocer por escrito de acuerdo al órgano regular. Además, había una Comisión de Pases, conformada por el ministro del Interior y presidida por el viceministro del Interior, Diego Fuentes. De ese modo, si la Dirección de Personal recibió solicitudes de pases por fuera del movimiento normal del personal policial, ese traslado debió recibir el visto bueno del Analista de Pases, y legalizado por el director de Persona y "bendecido" por la Comisión de Pases. ¿Cómo es que se les pasaron dos mil pases de policías que supuestamente pagaron entre 1000 y 1500 dólares para ello?
Según un reporte del número de pases en la policía, entre enero y el 10 de julio del 2015, estos ascendieron a 9.096, de los cuales, las autoridades civiles solicitaron 576 pases, que equivale al 6,33% del total.
Muchos personajes solicitaron traslados o pases por fuera del trámite regular. En su declaración, Tamayo menciona a: el ministro del Interior, José Serrano; el entonces secretario de Policía y hoy comandante general, Diego Mejía; el edecán del ministro del Interior, teniente coronel William Pozo; los viceministros del Interior, Javier Córdova y Diego Fuentes; el secretario nacional de Inteligencia, Rommy Vallejo; el teniente coronel Francisco Saavedra, de la Dirección General de Inteligencia; las asesoras del Ministerio del Interior, Cristina Silva, Karina Argüello y una doctora Espinosa; el asesor del mismo ministerio, Diego Fierro. Estos pases, según dice Tamayo, pasaron directamente sin su control. Cuando el Fiscal le pregunta porqué ocurría que sus subalternos, como el general Mejía, disponía directamente que se tramitaran los pases, la respuesta de Tamayo fue: "porque era disposición del señor ministro".
Según un reporte al que tuvo acceso Plan V, del número de pases en la policía, entre enero y el 10 de julio del 2015, estos ascendieron a 9.096, de los cuales, las autoridades civiles solicitaron 576 pases (que equivale al 6,33% del total). Siendo esta la cuarta causa del movimiento de pases. El ministro del Interior, por sí solo, solicitó 64 pases y el viceministro pidió 8 pases. Mientras que el Comandante General, léase Fausto Tamayo, pidió 61 pases y las autoridades policiales en general pidieron 158 pases.
General Diego Mejía, actual comandante general de la Policía.
Cuando estalló la crisis de los pases policiales, por un tuit del ministro Serrano el 1 de julio del 2015, Tamayo también fue sorprendido, y -dijo al fiscal- empezó sus propias averiguaciones con el personal a su cargo. Fue al teniente Montenegro al primero que hizo comparecer a su oficina y lo interrogó frente al teniente coronel Parra y al teniente Aguiar. Al principio lo negó, pero luego de que Tamayo lo increpó duramente, "se puso pálido, por sus gestos creo que se asustó y empezó a narrarnos cómo eran los procedimientos para tramitar pases. Le dije que me explique con lujo de detalles y me dijo: sí mi comandante general, el listado de pases me entregaba el enano (como le decía al teniente Cifuentes) y decía Cifuentes que ese listado o pedido le entregaba la señora Mariana Pico, secretaria particular del señor Presidente Correa, que esos pedidos conseguía que los autorice el señor ministro del Interior. Que se cobraba por los pases y que los encargados de recolectar el dinero eran Montenegro, Quelal, Sangucho y Herrera y todo lo recaudado le daban al teniente Cifuentes".
A las 11H30 de la noche, el comandante Tamayo recibió una llamada del teniente Aguiar, en la cual le pedía que los recibiera urgente junto al teniente Cifuentes, en su casa. Los dos oficiales subalternos llegaron faltanto diez minutos para la medianoche, en un Hyundai blanco. Llamaron a Tamayo y le pidieron que bajara porque Cifuentes le tenía un mensaje urgente. Tamayo bajó y se acomodó en la parte trasera del vehículo. Desde el asiento delantero Cifuentes le dijo, según consta en la versión de Tamayo en la Fiscalía: "mi comandante general, por Dios, por favor renuncie porque le quieren matar (...). Quieren su cargo para darle al general Mejía". ¿Quiénes?, dice Tamayo que preguntó: "el ministro del Interior, los de Inteligencia y el general Mejía".
Próxima entrega: La renuncia del general Tamayo. ¿Quién era y cómo actuaba el teniente Ernesto Montenegro? ¿Sabían las autoridades que para ingresar a la Escuela de Oficiales se cobraba hasta USD 30 000?
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