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27 de Julio del 2020
Investigación
Lectura: 20 minutos
27 de Julio del 2020
Redacción Plan V
Los tentáculos de los grupos criminales de los Balcanes llegan a Ecuador
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El serbio Sasa Spasic fue asesinado dentro de un restaurante en Guayaquil. Su crimen fue relacionado con narcotráfico. Foto: Archivo Extra

 

Un informe internacional, que dedica un capítulo a Ecuador, revela el alcance de esas mafias internacionales en la región y su poder en el negocio del narcotráfico. Entre 2014 y marzo de 2020, Ecuador detuvo a 24 personas de los países que conforman los Balcanes por narcotráfico. El crimen contra un serbio en Guayaquil revive el tema.


En la última década, América Latina se ha convertido en un punto de acceso para el tráfico de drogas por parte de grupos de los Balcanes Occidentales y Ecuador es uno de esos eslabones, según reveló el pasado viernes un informe internacional realizado por investigadores y periodistas en donde operan esta redes.

El estudio internacional aborda el caso de América Latina y profundiza en Ecuador y Colombia. Ver PDF

El pasado 24 de julio, la Iniciativa Global contra la Delincuencia Organizada Transnacional (GI-TOC) publicó un informe titulado “Tentáculos transnacionales”, que revela puntos críticos mundiales sobre delincuencia organizada que involucra a grupos de los Balcanes Occidentales. Uno de los países citados es Ecuador, junto con Colombia, Perú, Brasil, Venezuela, entre los principales en la región.

El reporte salió días después del asesinato del serbio Sasa Spasic en Guayaquil y que conmocionó a la opinión pública. Este crimen fue relacionado con el narcotráfico, según la Policía ecuatoriana. El europeo, de 56 años, fue acribillado en un restaurante ubicado dentro del centro comercial Plaza Navona, el pasado 20 de julio. Las cámaras de seguridad registraron al sicario que disparó contra Spasic. Los medios serbios también recogieron el crimen en sus páginas.

En rueda de prensa, el pasado 21 de julio, Víctor Aráus, comandante de Policía de la zona 8, dijo que fue una muerte direccionada y selectiva relacionada con delincuencia organizada y economías ilegales como el narcotráfico. En la casa de la víctima, ubicada en el sector de la Joya, en Guayaquil, se encontraron 250.000 dólares que según las primeras investigaciones no se podrían justificar. “Difícilmente alguien tiene esa cantidad de dinero en su casa”, dijo el jefe policial.


En la casa del serbio Sasa Spasic se encontraron 250.000 dólares. Foto: Twitter de maría Paula Romo

La Policía también encontró documentos sobre contenedores, que es el medio habitual para la exportación de la droga hacia Europa. Aráus comentó que “puede haber una cantidad importante de droga que puede estar acumulada” en los puertos ecuatorianos por la pandemia. “En eso ha trabajado la Policía Nacional en incautar esa cantidad de droga y esa muerte es un efecto de la actividad que realiza la Dirección Antinarcóticos y puntualmente la Jefatura Antinarcóticos de la provincia del Guayas”.

El serbio tenía una cédula de identidad ecuatoriana, que le permitía estar en el país. Registró continuos ingresos y egresos del país. El último ingreso fue en marzo pasado. La Policía investiga si el serbio tiene alguna conexión con otras dos personas extranjeras que fueron detenidas en Santa Elena, quienes se hicieron pasar por falsos agentes de la DEA y también tenían grandes cantidades de dinero.

El serbio, según su cuenta en Linkedin, era responsable de tres compañías farmacéuticas italianas en Serbia: Haemopharm, Infomedfluids y ACS Dobfar. “Como Policía no tenemos ninguna relación, ningún vínculo con la supuesta actividad que tenía”, dijo Aráus. El serbio no registra antecedentes en Ecuador.

Pero no es la primera vez que ciudadanos de los Balcanes Occidentales están relacionados con crímenes violentos en Ecuador. El montenegrino Fadil Kacanic y su esposa, la ecuatoriana Elsa Gallegos Chacón, fueron secuestrados y asesinados en marzo de 2018, en Guayaquil. A su casa en los Ceibos llegaron hombres vestidos de policías, que se los llevaron y después aparecieron en la vía a la Costa con disparos en la cabeza. La Fiscalía acusó al albanés Remzi Azemi de esa muerte, hoy prófugo de la justicia.


Portada del Extra donde apareció Kacanic y su esposa asesinados, en marzo de 2018.

Entre 2014 y marzo de 2020, Ecuador había detenido a 24 personas de los países que conforman los Balcanes: 11 albaneses, 10 serbios, un montenegrino, un bosnio y un kosovar. Nueve de esos detenidos eran ‘mulas’, de ellos dos eran de Albania y siete de Serbia, de acuerdo a datos de la Policía Antinarcóticos.

Mientras que entre 2014 y 2019, la Policía ecuatoriana incautó 1.170 kilos de droga en operativos donde hubo detenidos de los países balcánicos. En el 2017 se produjo la mayor incautación de droga a estos grupos en el país: más de 640 kilos.

Entre 2016 y 2019, Ecuador incautó un total de 62,6 toneladas de droga en los puertos ecuatorianos. Según las estadísticas de incautaciones de Antinarcóticos de los últimos cinco años, el 34% de la droga que salió desde Ecuador tuvo como destino Europa. Un 57% tuvo como destino América y el 9% restante fue a otros continentes.

La mayor parte de la cocaína enviada desde América Latina a Europa se transporta en contenedores en grandes barcos. Según la investigación internacional, el 90 por ciento de la cocaína que ingresa a Europa proviene en contenedores en grandes buques mercantes que atracan en puertos como Amberes, Algeciras, Le Havre, Rotterdam y Hamburgo.

Las drogas también se mueven de otras maneras. Cargas pequeñas son enviados con mensajeros humanos que viajan en vuelos comerciales a Europa, por ejemplo desde aeropuertos de Guayaquil y Quito.

Los envíos de cocaína generalmente están ocultos en contenedores de fruta fresca (particularmente plátanos), así como pulpa de fruta congelada de Colombia y Ecuador. Los paquetes de drogas aparentemente están envueltos en carbono para evitar la detección. Debido a que tales envíos son perecederos y deben ser trasladados rápidamente, hay menos controles en los puertos, agrega el informe.

La ruta de Ecuador a Europa, particularmente a Bélgica, parece ser popular entre los traficantes, según el informe. Tras analizar las noticias relacionadas con los decomisos de droga en contenedores ecuatorianos, Amberes fue el principal puerto de destino. Este es el segundo puerto más grande de Europa. En n el 2016 se decomisó el mayor volumen de cocaína con destino a ese país europeo: 16 toneladas. Hasta marzo de 2020, antes de la pandemia, 3,7 toneladas fueron incautadas por la Policía ecuatoriana antes de que zarpara la mercancía ilegal a ese país europeo. 

El 8 de enero de 2020, las autoridades belgas informaron que en 2019 registraron una cantidad récord de incautaciones en Amberes: casi 62 toneladas de cocaína. De ellas, 10,5 toneladas provenían de Ecuador. Según el Ministerio de Hacienda belga, Ecuador fue uno de los tres principales exportadores de cocaína a Amberes, junto con Colombia y Brasil. Entre 2016 y 2019, la Policía confiscó casi 63 toneladas de drogas en los puertos ecuatorianos. “Pero comparado con el volumen estimado que pasa por los puertos, esto es probablemente menos del 10 por ciento de la cocaína destinada para Europa, donde un gramo de droga puede costar 20 veces más que en Ecuador”, señala la investigación.

Las cifras son menores respecto a los puertos de los Balcanes. Según cifras de la Unidad de Información de Puertos y Aeropuertos de Ecuador, entre 2018 y 2020, un total de 25.055 contenedores han sido enviados desde Ecuador con destino a países que conforman la península Balcánica como Albania, Bulgaria, Croacia, Eslovenia, Grecia, Montenegro y Rumania. De ellos solo el 9,6% fue inspeccionado por Ecuador. En esas inspecciones se halló droga en 9 contenedores.

El poder de los Balcanes en Ecuador

El flujo de ciudadanos de los Balcanes a Ecuador ha sido constante. En marzo pasado, la Dirección Nacional de Antinarcóticos de Ecuador informó que entre 2017 y 2019 ingresaron al Ecuador 56 albaneses que estarían vinculados a actividades ilícitas. Ellos registraron su ingreso como turismo, negocios y residencia.

De acuerdo a la investigación de GI-TOC, estos grupos participan en el financiamiento, el transporte y la distribución de grandes cantidades de cocaína enviadas desde América del Sur a Europa. “Los buenos contactos con los grupos criminales locales y el acceso a la cocaína en la fuente, combinados con su presencia en las principales ciudades portuarias europeas, significa que los grupos criminales de los Balcanes Occidentales pueden controlar el suministro de cocaína de extremo a extremo”, sostiene el informe y agrega que esas características los ha puesto en las ligas mayores del crimen organizado.

“En el período comprendido entre 2008 y 2020, América Latina se convirtió en un punto de acceso para delincuentes grupos de los Balcanes”. El estudio internacional se enfoca sobre todo en Colombia y Ecuador. De acuerdo al reporte, los primero vínculos que se conocen entre las mafias del este Europa y los carteles colombianos empezaron en 2001, cuando tres albaneses fueron arrestados como parte de la ‘Operation Journey’. Pero la acción principal parece haber comenzado alrededor de los años 2008 y 2009, cuando el serbio Darko Šarić se involucró en el tráfico de drogas de América Latina a Europa. Šarić es considerado como el Chapo Guzmán de los Balcanes. En los mismos años, el albanés Arbër Çekaj entró en Ecuador, estableció una empresa comercializadora de banano y se convirtió en el mayor traficante de drogas de Albania, señala el informe.

Algunos traficantes de los Balcanes utilizan yates para el transporte de cargas ilícitas. Un griego y un albanés fueron arrestados en Guayaquil en 2018 por intentar traficar drogas a Europa y Australia en un velero.

La historia de Çekaj en Ecuador la contó Plan V en una serie de dos reportajes el año pasado (El mayor narcotraficante albanés hizo negocios en Ecuador y Así opera la mafia albanesa en Ecuador). “En el crimen organizado, como en el sector inmobiliario, la ubicación es todo. Ecuador está situado entre Colombia y Perú, que produce alrededor del 90 por ciento de la cocaína del mundo. Entre 1996 y 2006, Ecuador fue considerado el más inestable de América Latina. Esto fue ilustrado por el hecho de que tuvo ocho presidentes dentro de una década, tres de ellos fueron expulsados por el Congreso y las protestas callejeras”, establece el informe de GI-TOC.

Otros factores que hacen que Ecuador sea atractivo para los grupos del crimen organizado internacionales, según el informe, incluye sus fronteras porosas, leyes débiles y la facilidad con la que es posible cambiar de identidad y comprar documentos fraudulentos, como tarjetas de identificación y pasaportes.

Asimismo se señala el cierre de la base militar estadounidense en Manta. Según un ex director de inteligencia de la Ejército ecuatoriano citado en la investigación, el cierre de la base facilitó la llegada de estructuras criminales de los Balcanes, Oriente Medio y Asia que utilizan este importante puerto. Otro factor que señala es el concepto de ciudadanía universal en la nueva Constitución, que permitió a los visitantes extranjeros de cualquier nacionalidad para visitar Ecuador por hasta 90 días sin visa de turista: este período puede extenderse por 90 días adicionales, permitiendo a los visitantes estar en Ecuador legalmente por seis meses consecutivos.

Varias fuentes consultadas para el informe citaron la corrupción del sistema judicial como otro escenario favorable para la penetración de grupos criminales extranjeros dentro del país. El informe cita al menos dos casos que involucran criminales de los Balcanes Occidentales que recibieron penas reducidas o no fueron castigados. Por ejemplo, en 2014, ocho ecuatorianos, dos albaneses y un kosovar fueron capturados como parte de la Operación Balcanes. Fueron acusados ​​de almacenar grandes cantidades de drogas en Guayaquil para enviar a Europa, pero a pesar de la gravedad de los cargos, Remzi Azemi fue liberado un mes después de ser arrestado.

En noviembre de 2018, un albanés y un griego fueron arrestados en una operación antinarcóticos en la Costa ecuatoriana y fueron acusados por narcotráfico, junto con seis ecuatorianos. Cuando el caso fue a juicio, el Primer Tribunal de Garantías Penales de Santa Elena condenó a los ecuatorianos, pero dejó en libertad a los extranjeros. La semana pasada, Plan V publicó otro caso de un serbio, quien fue condenado a 17 años y cuatro meses de cárcel por tráfico de drogas, pero un juez le rebajó la condena y con ello pudo acceder a la prelibertad.

El reporte internacional recuerda que Ecuador, que adoptó el dólar en el 2000, tiene una moneda fuerte, pero también tiene un bajo nivel de bancarización (la disponibilidad de servicios bancarios para el público en general). Por ejemplo, en 2018, el 48,1% de los ecuatorianos no utilizaron ningún servicio financiero, según una encuesta del Banco Central del Ecuador que cita la investigación. “En otras palabras, queda una gran cantidad de efectivo fuera de lo formal del sistema bancario, lo que hace que sea difícil rastrear los flujos financieros y fácil de lavar dinero (por ejemplo, a través de la construcción y bienes inmuebles). Además, no hay ley en Ecuador que prevé la incautación de activos de narcotraficantes. Como resultado, según una fuente policial, ‘los delincuentes cumplen dos o tres años de prisión y luego van fuera y disfruta de su dinero’”.

El reporte dice que Ecuador es uno de los pocos países que no tienen una base de datos con huellas digitales y fotografías de visitantes. “Esto hace que sea muy difícil rastrear los pasaportes, especialmente cuando los delincuentes usan más de un alias”.

Unos emisarios con fachada de negociantes

Según fuentes policiales en Ecuador y Colombia, citados por la GI-TOC, los emisarios que vienen desde los Balcanes generalmente llegan “con una misión patrocinada y dirigida por personas de los países de destino en Europa”. Suelen hacerse pasar por hombres de negocios y turistas y hablan español muy bien, lo que facilita sus conexiones con los grupos criminales locales. Algunos de los emisarios (por ejemplo, en Ecuador) parecen pasar tiempo en el país y no tienen miedo de vivir un vida llena de lujos.

El trabajo de estos emisarios es hacer contactos, negociar acuerdos (incluidos precios), organizar los envíos y despachar las drogas. Cuantos más tratos hagan, mejor será su red de contactos, sostiene el reporte y añade que aún no está claro cómo el trabajo de los emisarios de los Balcanes Occidentales se ha visto afectado por la crisis de la COVID-19. “Aunque se puede suponer que las restricciones dificultan viajar de ida y vuelta, y es más riesgoso mover dinero. Mientras se sigue enviando cocaína al otro lado del Atlántico, los bloqueos aparentemente han creado cuellos de botella en la distribución en Europa, así como las dificultades para pagar los envíos de cocaína”.

Un kilo de cocaína en Colombia cuesta aproximadamente 2.000 dólares, en Ecuador de 4.000 dólares y en Europa el precio llega a 60.000 dólares.

Durante la última década, grupos de los Balcanes se han insertado en las redes criminales locales en Ecuador, particularmente en las ciudades de Guayaquil y Machala donde se almacenan las drogas y desde donde se trafican. Estos criminales, dice el informe, pagan a los ecuatorianos para que cumplan sus órdenes y emprendan las diversas tareas que requieren sus negocios ilegales como proteger los envíos, transportar los contenedores y ocultar las drogas en los contenedores con la complicidad de funcionarios de los puertos.  Un camionero en Guayaquil puede ganar hasta 10.000 dólares por cambiar la ruta de un contenedor para contaminarlo de droga.

Pero esos costos son reducidos cuando se trata de Europa.  Por ejemplo, un operador de un montacargas en Amberes, Bélgica, puede ganar entre 25.000 y 75.000 euros por asegurarse de que la carga ilícita se desempaque de manera segura. Los fiscales mencionan que los carteles pueden ofrecer entre 500.000 y 1 millón de dólares a las autoridades aduaneras para dejar pasar un envío sin control, según la investigación.

Si bien estos emisarios de los Balcanes generalmente pertenecen a las filas del comando medio en su país natal, una vez en Ecuador son promovidos para ser líderes del grupo criminal en Ecuador. Aun así, parecen mantener estrechos contactos con las redes criminales en los Balcanes Occidentales y con la diáspora en Europa Occidental, cada vez más a través de teléfonos celulares encriptados. Cuando Dritan Rexhepi, un peligroso fugitivo albanés buscado por la Interpol en tres países europeos, fue arrestado en 2014 en Ecuador, intentó aplastar su celular arrojándolo al suelo.

Según el reporte, en el país se registraría la presencia de miembros del Grupa Amerika, una organización que comenzó en las calles de Belgrado -capital de Serbia- en la década de 1990. Aparentemente se especializa en la logística y el transporte de cocaína (y heroína) entre Colombia, Norteamérica y Europa. El grupo fue dirigido por Mile Miljanić y su segundo abordo fue Zoran Jakšić. En julio de 2016, Jakšić fue capturado en Perú, acusado de enviar drogas de Sudamérica a Europa. Los investigadores dicen que tienen evidencia de que Jakšić creó una estructura criminal para obtener cocaína en Perú y Ecuador.

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