Estimado Pipo: ¿En serio crees que con inundar de propaganda gubernamental los medios convencionales se solucionará la crisis política que vive el país?
¿En realidad piensas que repetir y repetir lo que ya sabemos que dijo el Presidente es suficiente para convencer a la opinión pública y recuperar la credibilidad perdida en un año de promesas incumplidas?
¿En verdad consideras que es suficiente insistir innumerables veces en cada uno de los puntos que el Mandatario cree haber resuelto como respuesta a las demandas de la Conaie?
En el país, como lo revelan las distintas posiciones adoptadas por los ecuatorianos frente a las violentas manifestaciones de la Conaie en estas dos últimas semanas, se han perfilado dos formas opuestas de ver la política.
La primera, que defiende la mayoría de ciudadanos —los que se oponen a las acciones violentas de la Conaie—, se resume en tres ideas: “paz, trabajo y democracia”. La segunda, en cuatro: “Abajo el Estado”. “La insurrección se viene”. “Es la calle o nada”. “Acumular fuerzas y combatir” (consignas pintadas en las paredes del centro de Quito).
John Conduitt, asistente personal de Newton, nos dice que el físico comenzó el desarrollo de su famosa ley de la gravitación al ver caer una manzana, otros dicen que el fruto cayó encima del pensador. Como fuere, parece que siempre hubo una caída. Y de otra caída se conversa muy lejos de Lincolnshire, donde estaba el manzano de don Isaac.
La mediación es tan antigua como la humanidad. Todo grupo humano, fuente inagotable y creativa de conflictos, ha requerido de un tercero neutral cada vez que una discrepancia no se resuelve por voluntad de las partes involucradas.
El problema de los pequeños campesinos no se resolverá aún si el Gobierno dice sí a todos los diez puntos planteados por la Conaie y aliados. La deuda agraria es de tal magnitud que el «Paquete Iza», que puede valer unos 1.000 millones del erario público, debiera al menos triplicarse a mediano plazo.
Sin duda, la integración de las comunidades indígenas a la sociedad nacional, ha sido objeto de debates acalorados. Los liberales quisieron integrarlos a través de la educación, pero de una educación predominantemente blanco-mestiza. Los marxistas desde una perspectiva económica, creían que esa integración sería posible catalogando a los indígenas como campesinado pobre. Estas corrientes creían poco probable que las culturas indígenas pudieran acoplarse al mundo moderno. Los pueblos indígenas no aceptaron los argumentos de unos y otros.
Tomo el título de esta nota, de la película de los X - Men: Días del futuro pasado, dirigida por Bryan Singer. Los centinelas unos androides enormes, perfectos y adaptables están a punto de exterminar a la especie mutante. Para evitar el genocidio deciden, como último recurso, enviar la conciencia de Lobezno, el único mutante en capacidad de resistir, al pasado para evitar la creación de los centinelas y modificar el rumbo de la historia.
Nuevamente los pueblos indígenas buscan que los miremos y los escuchemos. Claro, sus formas y estilos no corresponden a los llamados socialmente adecuados y esperados. Acuden al paro y también a no poca violencia física que se expresa en daños ocasionados a las ciudades. Por otra parte, quizás pudiéndolo evitar, permiten que se les junten grupos sociales claramente identificados con la violencia e incluso con cierto terrorismo primitivo.
América Latina es un continente que se debate entre la inestabilidad política y social, donde el populismo y los discursos antiimperialistas cobran fuerza constantemente. En nuestros países, los antecedentes de los caudillos no importan, sino lo que ofrezcan, aunque sean cosas inalcanzables. Y el espejismo electoral está ligado a otro factor de inestabilidad como es el crimen organizado, que aprovecha la falta de cultura política, penetra las campañas electorales y compra las conciencias de los futuros dirigentes y funcionarios públicos.
La protesta social, tal como la practican ahora el movimiento indígena y ciertos grupos de izquierda, a los que se suman miembros de lo que Marx denominaba lumpen proletariado, es una forma de organización del resentimiento y activación del odio, cuyo medio de expresión característico es la violencia.