Toca admitirlo: los guionistas de la gran telenovela nacional nos sorprendieron. Acaban de hacer un viraje argumentativo impredecible. Al más puro estilo de la última película galardonada en los Óscar. Cuando todos esperábamos el desenlace del juicio político al presidente Lasso, la exministra María de los Ángeles Duarte se fuga de la embajada de Argentina en Quito y sacude el escenario. Honrando su nombre, se voló.
¿Cuánto más deben soportar los ciudadanos a dirigentes como Leonidas Iza y otros tantos que, sobreexplotando su condición de minoría étnica, se creen con derecho a convulsionar el país las veces que les venga en gana? ¿Hasta cuándo la inacción del sistema de justicia seguirá revistiendo de impunidad a quienes hacen de la agitación y la amenaza su modo de subsistencia política?
La palabra libertad es una linda palabra con un sonido espectacularmente maravilloso. Casi angelical. Se la puede enunciar incluso en los momentos en los que las tiranías ejercen todo su perverso poder y su maldad aniquiladora. De hecho, los que no cesan de pronunciarla son justamente los tiranos: así pretenden engañar a sus súbditos. Sin embargo, para no pocos, la democracia constituye una de las más graves enfermedades de las que se podrían contagiar los pueblos y sus dirigentes.
En los papeles, la función de los servidores públicos es trabajar para el cumplimiento de objetivos institucionales dirigidos a la realización del bien común.
Quien ha trabajado en una institución pública sabe, sin embargo, que solo parcialmente los mencionados servidores cumplen con dicha función. Buena parte de su actividad está dirigida a conseguir objetivos privados, que distorsionan el quehacer institucional y separan a las instituciones de los ciudadanos a los que deben servir.
El ex presidente Rafael Correa mantiene una relación tóxica con Ecuador. Quiere volver a gobernar y dominar al país. Y al mismo tiempo quiere destruirlo. No solo acabar con su frágil institucionalidad; también desequilibrar su economía y arruinar toda posibilidad de entendimiento social.
Si algo ha demostrado el último escándalo de corrupción que sacude al país es que el fenómeno no constituye un asunto de gobierno sino de Estado. Es decir, que las estructuras ilegales que operan al interior de la administración pública se reproducen y expanden al margen de las autoridades de turno. Obviamente, que un ministro o un presidente de la república sea más permisivo con la corrupción incrementa el problema; pero una situación inversa tampoco lo elimina.
Mientras que en El Salvador se revela el tiempo en que no se han producido muertes violentas y se han desmantelado a las “maras” que asolaban de violencia a las calles del país centro americano, en el Ecuador del Encuentro, la violencia y el descontrol es la tónica cotidiana. Desde las escenas de los carnavales empañados por actos bochornosos en plena vía pública, hasta la actual ola de secuestros, dejan clara huella de que las decisiones en materia de seguridad no son las más acertadas.
Los últimos papelones en la Asamblea Nacional están muy lejos de ser fortuitos. Los legisladores están en el momento clave de una campaña política que definirá su futuro. Les quedan menos de dos meses para reconfigurar el parlamento y nadie quiere quedarse fuera de la repartición... de comisiones.
En mayo del 2023 se elegirán presidente, dos vicepresidentes y cuatro vocales del Consejo de Administración Legislativa (CAL). Además, presidentes y vicepresidentes de las mesas.
Soy un pescador de sueños, soy un catador de auroras, no cuento más que con mi empeño y esta pluma voladora.
Jorge Drexler
Leonidas Iza, presidente de la CONAIE, luego del último consejo ampliado de la organización (24 de febrero), salió como convocante de la marcha histórica del 8 de marzo. Luego, las propias mujeres dirigentes de la CONAIE tendrían que aclarar que el llamado era únicamente a las mujeres de pueblos y nacionalidades a unirse a la marcha, y que no se pretende quitar protagonismo a las mujeres para dárselo al presidente (hombre) de su organización.