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2 de Agosto del 2023
Historias
Lectura: 17 minutos
2 de Agosto del 2023
Napoleón Saltos

Catedrático universitario y dirigente político

La inercia de la violencia: el miedo (I)
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Miembros de la Infantería de Marina realizan operaciones de seguridad en el sur de Guayaquil, Ecuador. Crédito: Fernando Mendez /AFP

 

Una condición clave para el funcionamiento populista y autoritario del Estado parte de la ruptura de los lazos sociales, la supresión de la solidaridad y la difusión de un individualismo narcisista. Las masas quedan privadas de su capacidad de auto-representación y buscan un referente en liderazgos carismáticos-autoritarios.



LEA LA SEGUNDA PARTE: La inercia de la violencia: las causas estructurales (II)


Acaban de asesinar al alcalde Manta, Agustín Intriago, el 23 de julio de 2023. Las noticias pasan a primera plana cuando la violencia llega arriba: la muerte enciende las alarmas y renueva las promesas y los planes, por un momento. La paradoja del curso de la democracia formal, siguen la elecciones y la fascistización de la vida social. Tenemos que analizar este modo esquizofrénico del mundo para tratar de encontrar alguna salida.

El relato se presenta como un ataque de sicarios contra el Alcalde, la individualización del conflicto, resultado de la peligrosidad de las bandas, una polarización entre víctimas y verdugos. El argumento de la ausencia del Estado despolitiza el  problema y oculta las raíces profundas, los vínculos con los grupos de poder económico y político, local y transnacional, la seducción cultural y la cooptación económica del narcotráfico, instaurando una forma de vida social fascistizada y regulada por el terror.

Las violencias

Los índices de violencia son alarmantes. “Las estadísticas de la Policía revelan que entre enero y junio de este año se han registrado 3.513 asesinatos, lo que significa un aumento del 58% respecto al 2022. Ese año la tasa de homicidios fue de 26 por cada 100.000 habitantes, y en la actualidad ya se ubica en 20, con una tendencia a crecer, con lo que se estima que a final del año cerraría en 40 homicidios por cada 100.000 habitantes, convirtiéndose en el país más violento de la región.” (Mella, 2023)

Se suman diversas formas de violencias. El 80% de los asesinatos está ligado al narcotráfico, según la policía. Sin embargo, según la misma institución, “el 79% de las 3.568 personas asesinadas en el primer semestre de 2023 no tenían antecedentes penales” (Alonso, 2023); lo que mostraría que hay un alto número de víctimas que no están inmersas en las disputas de las bandas. La generalización impide abordar las diferentes formas de violencias, para poder enfrentarlas.

Ha aumentado el número de femi(ni)cidios: desde el 1 de enero hasta el 30 de abril, 122 muerte violentas de mujeres por razones de género, es decir 1 muerte cada 23 horas. En el 2022, una muerte cada 26 horas.

El mapa de las violencias se concentra en la Costa, con el índice más alto en Esmeraldas, que se constituye en “la tercera zona más violenta de América Latina. (…) La tasa de muertes violentas en Esmeraldas se disparó en un 500%, entre 2016 y 2022. Este crecimiento es el más rápido ocurrido en Sudamérica.” (primicias.ec, 2023)

Las víctimas son en su mayor parte de los barrios y zonas populares, si bien hay ajustes de cuentas entre diversas bandas que disputan el control del mercado y de las zonas de movilización de la droga.

Los nombres son suplantados por números, queda únicamente el anonimato de las estadísticas. Los grandes capos no aparecen en las listas de la violencia.

Familiares y mantenses se acercaron al hospital en el que fue atendido Agustín Intriago, alcalde de Manta. A las pocas horas se confirmó su muerte. Foto: API

El miedo

La expansión de la violencia ha instalado el miedo en la sociedad. Nos movemos en un ambiente de amenaza difusa y ubicua de muerte. La percepción amplifica el ambiente de amenaza.

La muerte marca un tiempo irreversible, extremo. El poder llega a su forma recargada, como biopolítica, que “designa como su objetivo principal la regulación de la seguridad y el bienestar de las vidas humanas.” (Zizek, 2022)

“El poder radica en infligir dolor y humillación. El poder está en la facultad de hacer pedazos los espíritus […] ¿Empiezas a ver qué clase de mundo estamos creando? […] Un mundo de miedo, de ración y de tormento, un mundo de pisotear y ser pisoteado, un mundo que se hará cada vez más despiadado.” (Orwell, 1999, pág. 261)

Se ha instalado una especie de sado-masoquismo amplificado. El miedo expandido en la sociedad parte del propio miedo, las burbujas de seguridad de los poderosos crean zonas fortificadas, asediadas por peligros inminentes. Ya no es sólo el mapa de la política local, sino el diseño de la geopolítica, del nuevo orden mundial. El mundo escindido en la guerra amigo-enemigo entra en un orden de bloques enfrentados en conflictos prolongados indefinidamente.

Las estrategias de miedo y terror rompen los lazos sociales y anulan la política. Hay un canje de libertad por las ofertas de seguridad. Un doble proceso: la mafiación y la segurización de la política, y el paso del Estado de derecho al Estado de seguridad. “Esto implica que con la administración especializada, despolitizada y socialmente objetiva, y con la coordinación de intereses como nivel cero de la política, el único modo de introducir la pasión en este campo, de movilizar activamente a la gente, es haciendo uso del miedo, constituyente básico de la subjetividad actual. Por esta razón la biopolítica es en última instancia una política del miedo que se centra en defenderse del acoso o de la victimización potenciales.” (Zizek, 2022)

Las estrategias de miedo y terror rompen los lazos sociales y anulan la política. Hay un canje de libertad por las ofertas de seguridad. Un doble proceso: la mafiación y la segurización de la política, y el paso del Estado de derecho al Estado de seguridad.

La percepción de la población sobre la situación del país es pesimista. Apenas el 9% cree que estamos mejor que el año pasado; solo el 7% señala que vive bien con los ingresos que gana mensualmente; y el 20% piensa que puede mejorar en el futuro. (Informe confidencial, Julio 2023) El miedo se combina con la incertidumbre y el pesimismo.

Una condición clave para el funcionamiento populista y autoritario del Estado parte de la ruptura de los lazos sociales, la supresión de la solidaridad y la difusión de un individualismo narcisista. Las masas quedan privadas de su capacidad de auto-representación y buscan un referente en liderazgos carismáticos-autoritarios.

Ya no se trata del viejo populismo, sino de nuevas formas en donde las ofertas clientelares se vuelven difusas en el juego circular del marketing: las consultoras, los expertos en opinión pública investigan los deseos de la masa, los algoritmos detectan los gustos y los rechazos de cada individuo, los bigdata de los usuarios son la nueva mercancía para poder fabricar el mensaje que quiere escuchar cada cual.

Hay una especie de autoseducción correspondiente a una base económica organizada en torno al autoempleo, al emprendimiento que fusiona al empresario y al trabajador, al explotador y al explotado.

La autoexplotación permite que las plusvalías pasen por encima de las relaciones concretas entre actores sociales, individuos portadores de la estructuras del capital o del trabajo, y se conecten con el capital general, abstracto, en un proceso de reproducción ampliada del capital, mientras los individuos se sienten libres, actuando por propia decisión. Una autoseducción en la que el poder repite el eco del deseo investigado, para lograr que el otro sentido, la denuncia de la explotación del capital, entre en el campo de la sospecha y la amenaza.

La política ya no funciona como disputa de hegemonía, de sentido y dirección cultural de las masas, sino como control y seducción de los gustos, como control y orientación de los rencores ante el otro. La dominación aparece en su estado puro como relación amigo-enemigo, el ataque no es al mensaje, sino al mensajero.

El combate a la violencia

Al evaluar la política del Gobierno de Lasso ante la violencia y el crimen organizado, se puede aplicar lo que Hernando Gómez dice sobre Colombia, “se gobierna con ideologías y no con evidencias: por eso los problemas no se arreglan. Las ideologías nos inducen a creer que hay un remedio simple para cada problema complicado. Y por eso ninguna ideología resuelve los problemas que quiere resolver.” (Gómez, 2023)

Hay una línea de continuidad en la respuesta del Ejecutivo, en torno a la estrategia de “guerra contra las drogas.” El 9 de junio de 2022, en el marco de la Cumbre de las Américas, Lasso anunció que solicitará a Estados Unidos financiar un Plan Ecuador, similar al Plan Colombia, una iniciativa impulsada en la década de los 90 del siglo pasado. Argumentó que el problema es similar, y que Ecuador no puede resolverlo solo.


Lasso y Biden la Cumbre de las Américas. El gobierno de Estados Unidos ha sido el mayor aliado del Ecuador en sus estrategias de lucha contra el crimen organizado. Foto: AFP

Y para que no falte nada en la copia, en días posteriores argumentó que el Paro nacional impulsado por las organizaciones indígenas entre el 13 y el 30 de junio de 2022, estaba financiado por el narcotráfico, el enemigo del narcoterrorismo. (El Universo, 2022)

Paradójicamente, en esos mismos días, el 22 de junio de 2022, la Comisión de la Verdad presentó el Informe final sobre la violencia en Colombia. Señaló que al menos “450.666 personas perdieron la vida en el marco del conflicto armado; 121.768 fueron víctimas de desaparición forzada; 50.770 fueron secuestradas; 16.238 niñas, niños y adolescentes fueron reclutados; 32.446 personas fueron víctimas de actos en contra de la libertad y la integridad sexual; y alrededor de 8 millones han sido desplazadas; entre otras diversas violaciones a derechos.” (OAS, 2022)

En esta línea se han sucedido las propuestas, planes, proyectos de ley, decretos, políticas, para el uso de la violencia física y de armas letales por la policía, permisos de uso de armas para los civiles, ampliación de la participación de las Fuerzas Armadas en apoyo a la policía, endurecimiento de las penas, estados de excepción, militarización de las zonas peligrosas.

En esta línea se han sucedido las propuestas, planes, proyectos de ley, decretos, políticas, para el uso de la violencia física y de armas letales por la policía, permisos de uso de armas para los civiles, ampliación de la participación de las Fuerzas Armadas en apoyo a la policía, endurecimiento de las penas, estados de excepción, militarización de las zonas peligrosas.

El Plan estratégico para la seguridad de Guayaquil, presentado el 8 de abril de 2023, tiene cuatro ejes: contención de la violencia con el fortalecimiento de la policía, investigación de las organizaciones dedicadas al narcotráfico, desarticulación de los grandes grupos delictivos mediante unidades policiales especializadas, participación de la comunidad. (comunicación.gob, 2022)

En junio de 2023, El Consejo de Seguridad Pública y del Estado (Cosepe) resuelve declarar “que el crimen organizado afecta a las estructuras básicas del Estado, a su soberanía, lo cual abre las puertas para que podamos utilizar a las Fuerzas Armadas sin necesidad de estar decretando estados de Excepción”. (La Hora, 2023)

“El miércoles 19 de julio los gobiernos de Ecuador y Estados Unidos firmaron un memorando de entendimiento para fortalecer las capacidades de las Fuerzas Armadas Ecuatorianas para combatir las amenazas de los grupos de la delincuencia organizada.” (La Hora, 2023) La oferta de 3.100 millones de dólares en los próximos siete años para la “modernización” de las Fuerzas Armadas. Es la tercera oportunidad en que el Gobierno de Lasso firma este tipo de memorandos.

Las propuestas de los candidatos presidenciales sobre seguridad: la mano dura

“La mayoría (de los candidatos) coincide en que hay que asumir la seguridad con “mano dura”, (…) en cinco puntos: dar insumos a la fuerza pública, depurar a la Policía, reformas al sistema judicial y penal (para aumentar las penas), control de las cárceles y frenar la delincuencia organizada transnacional.” (Mella, 2023) Estrategias de combate delincuencial, sin pasar a un tratamiento integral de la seguridad ciudadana.

Se reproduce inercialmente una tendencia que viene desde atrás. “La seguridad se ha convertido en una eficaz herramienta de obtención de votos, debido principalmente al incremento de la delincuencia, no sólo en el país, sino en la región en general (…) Esta situación ha generado que los asuntos de seguridad pública se conviertan fácilmente en promesas demagógicas del discurso político, ofertas planteadas dentro de una coyuntura distorsionada además por los medios de comunicación y que generalmente terminan proponiendo combatir la violencia mediante el incremento de la fuerza pública, la construcción de nuevas instituciones carcelarias, o aplacar la corrupción inherente al sistema de seguridad a través de la destitución de determinados jueces.” (Córdova M. , 2006)

hay una tendencia inercial a reproducir anuncios antiguos, sin abordar la gravedad de los nuevos problemas. La novedad es la mención a temas de ciberseguridad. Se produce una dicotomía entre las propuestas políticas y el curso de las violencias en Ecuador.

Las propuestas de los candidatos se organizan en torno al protagonismo y el fortalecimiento de la capacidad represiva del Estado, la “guerra contra el narcotráfico”. Se menciona el papel de la sociedad en una estrategia preventiva, pero como auxiliar a la estrategia securitista, y reducida a medidas asistencialistas. Aparecen algunas propuestas que insinúan la necesidad de una estrategia integral ante un problema complejo, pero se reducen al señalamiento de una serie de afirmaciones generales sobre acciones, qué hacer, sin un plan articulado que aborde cómo, con qué medios, los fines, las estrategias, las responsabilidades de cada actor, los tiempos.

Más bien hay una tendencia inercial a reproducir anuncios antiguos, sin abordar la gravedad de los nuevos problemas. La novedad es la mención a temas de ciberseguridad. Se produce una dicotomía entre las propuestas políticas y el curso de las violencias en Ecuador.

De los discursos y programas de los candidatos, se puede trazar una escala de propuestas represivas (indicadores: combate al narcotráfico, fortalecimiento de las atribuciones y la capacidad represiva y de control de la policía y las Fuerzas Armadas, equipamiento de los cuerpos represivos, populismo penal -sobre todo aumento de penas-, intervención de los centros carcelarios, reformas de la justicia, ciberseguridad, tratados y colaboración internacional sobre seguridad); frente a propuestas preventivas (indicadores: prevención y participación comunitaria, redes de solidaridad, educación a la paz, acceso a derechos sociales y económicos, oportunidades para los niños y  jóvenes hacia una vida digna, formación ante las violencias de género, el racismo y la xenofobia), donde 0 sea el extremo de estrategias represivas y 10 sea el extremo de políticas preventivas:

Bolívar Armijos 0.5
Jean Topic 1,3
Otto Sonnenholzner 1,7
Fernando Villavicencio 2,4
Luisa González 3,9
Daniel Noboa 4,8
Xavier Hervas 4,9
Yaku Pérez 5,8

**Lea en la segunda parte:

La inercia de la violencia: las causas estructurales y las vinculaciones políticas

GALERÍA
La inercia de la violencia: el miedo (I)
 


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