La obra sobre Jaime Nebot ha sido publicada por los periodistas Gonzalo Ruiz y Roberto Aspiazu.
Jaime Nebot, el camino de la prosperidad, es un libro de 420 páginas firmado por Gonzalo Ruiz Álvarez y Roberto Aspiazu, y editado por Paradiso editores, de Xavier Michelena.
Se trata de una semblanza humana y política del ex alcalde de Guayaquil. Pero no es, en sentido estricto, una "biografía autorizada" del socialcristiano, pues su tono -de inocultable admiración y simpatía por el PSC, el legado de León Febres Cordero y las obras de Nebot en sus casi 20 años de administración inninterrumpida de Guayaquil- lo coloca más en el campo de una pieza de comunicación política.
Es una obra que retrata al polémico líder socialcristiano y vende, con un amplio grado de evidente militancia, la imagen de un político que admite pocos errores, y que, en cambio, no descarta culminar su carrera política llegando al Palacio de Carondelet. Para hacer la semblanza de Nebot, los autores han hablado con personas de su entorno, como Henry Cucalón, Pascual del Cioppo, y otros socialcristianos. También han consultado en Quito a Felipe Burbano de Lara, Enrique Ayala Mora y Simón Espinosa, analistas políticos, así como a amigos cercanos del ex alcalde en la ciudad portuaria. Han evitado consultar a cualquier crítico, contradictor o rival político del personaje.
Es una obra que retrata al polémico líder socialcristiano y vende, con un amplio grado de evidente militancia, la imagen de un político que admite pocos errores, y que, en cambio, no descarta culminar su carrera política llegando al Palacio de Carondelet.
Para leerlo, sin embargo, hay que tener pendientes algunas claves.
1.- Es un interesante retrato del hombre tras el político
Conocí a Jaime Nebot al poco tiempo de ocupar su primera alcaldía, a principios de la década, cuando vivía todavía en el Barrio del Centenario. Hoy, se consigna en el libro, vive en una exclusiva urbanización en la Isla Mocolí. Había ido a su casa a entrevistarlo para una revista de consultoría política de la que era editor en ese entonces.
Amigos cercanos de él me habían contado anécdotas como que era un hombre metódico y austero, que prefería andar en taxi que tener un carro propio, porque creía que era más barato y eficiente. Por esa época Nebot, quien hoy tiene 73 años, según consigna la obra de Aspiazu y Ruiz, frisaba la cincuentena. Estaba, como dice Vargas Llosa en La Tía Julia y el escribidor en "la flor de la edad".
HABÍA LLEGADO TAN TEMPRANO A LA CASA DEL ALCALDE QUE PUDE OBSERVAR QUÉ DESAYUNABA. Y ME SORPRENDIÓ QUE EL PERSONAJE COMÍA SIMPLEMENTE UN PLÁTANO PICADO, CAFÉ Y ALGO DE PAN. MUCHO DE LA FRUGALIDAD DE NEBOT SE CONSIGNA EN EL LIBRO.
Había llegado tan temprano a la casa del alcalde que pude observar qué desayunaba. Y me sorprendió que el personaje comía simplemente un plátano picado, café y algo de pan. Mucho de la frugalidad de Nebot se consigna en el libro, en donde se describen los hábitos de un hombre que madruga, que tiene poco interés por el lujo, a pesar de que nunca ha sido pobre, y que escogió como "uniforme" una guayabera, similar a las que usaban los políticos de Guayaquil de la generación anterior, un pantalón de color crema y zapatos cafés. Destacan los autores que en los bolsillos de la guayabera Nebot nunca lleva ningún objeto.
Un hombre que prefiere no usar traje ni corbata más que por excepción, que nunca luce reloj o billetera, pero que, formado por jesuitas de Quito y Guayaquil, es un devoto católico que lleva una medalla de la virgen. Un católico, sin embargo, tolerante, que no parece simpatizar con visiones extremas de movimientos más conservadores en la Iglesia católica.
En varias partes del libro, los autores destacan la vitalidad del político, que aunque ya se encuentra en la tercera edad, mantiene la energía y la firmeza de un hombre más joven. El detalle no es menor: otro de los ejes de la obra es mostrar un Nebot que ha madurado, dejando los excesos de su juventud para ser ahora un político de centro, a quien los años han vuelto un hombre tolerante, casi un liberal católico como lo fue en su momento José María Velasco Ibarra, más que un político de la cuestionada derecha neoliberal. Un hombre, además, que está listo para su tercer intento para alcanzar la presidencia del Ecuador, pues, recuerdan también los autores, varios han sido los casos de los políticos recientes que lo han logrado en la tercera ocasión. No lo dicen los autores expresamente, pero queda constancia también que en la dilatada vida pública del socialcristiano, no han habido ni acusaciones de corrupción, ni glosas, ni juicios ni escándalos personales o familiares.
OTRO DE LOS EJES DE LA OBRA ES MOSTRAR UN NEBOT QUE HA MADURADO, DEJANDO LOS EXCESOS DE SU JUVENTUD PARA SER AHORA UN POLÍTICO DE CENTRO, A QUIEN LOS AÑOS HAN VUELTO UN HOMBRE TOLERANTE, CASI UN LIBERAL CATÓLICO COMO LO FUE EN SU MOMENTO JOSÉ MARÍA VELASCO IBARRA.
El retrato personal de Nebot muestra también sus orígenes y, aunque la palabra parece estar proscrita del libro, describe con municioso interés aquello que se ha dado en llamar la oligarquía de Guayaquil. Cuenta la historia de un hombre nacido en una familia acomodada, quien desde pequeño vio desfilar por su casa a las élites políticas y económicas, y quien se inspiró en su padre, un político velasquista, para entender lo que era el poder. Un Nebot que mira con cierto desdén a esos políticos de nuevo cuño, que no parecen entender que el poder no es para abusar de él. Los autores citan a Nebot cuando critica a aquellos que llegan al poder a "creerse Zeus", en alusión al dios de los griegos que gobernaba el Olimpo lanzando rayos y truenos. Nebot, por supuesto, tiene guardaespaldas. Pero según el libro, lo vigilan discretamente entre bastidores, pues no le gustan los grandes despliegues de seguridad.
La semblanza personal muestra también a un hombre de familia, en cuyo entorno, se afirma, entran las personas en base al talento y al mérito, y no a amistades, compadrazgos o relaciones sentimentales, marca que el correísmo dejó instalada en buena parte de la clase política actual. También, muestra a un abogado atípico, que se define a sí mismo como un polímata, y que ha incursionado en distintas actividades empresariales y comerciales que, asegura, nunca ha mezclado con su ejercicio del poder político. Un político y abogado que, a diferencia de algunos de sus colegas, parece más convencido de que la política es con votos que con demandas, carcelazos y sentencias tremebundas.
2.- Es una pieza de comunicación política
Más que una biografía en sentido estricto, el libro de Aspiazu y Ruiz es una pieza de comunicación política que un ejercicio periodístico. Capítulos enteros del libro muestran, a todo color, las obras de Jaime Nebot en Guayaquil, incluyendo una infografía en donde destacan la cobertura de los servicios, la mejora de la calidad de vida, la cantidad de parques, de viviendas populares, de niños que juegan fútbol gracias a la acción del ex alcalde, de personas atendidas en programas de salud, de textos escolares, tabletas regaladas a estudiantes, balnearios y piscinas populares, mercados, túneles construidos en las entrañas de los cerros, e, inclusive, de pintorescos monumentos de vivos colores -un tanto kitschs- donde aparecen monos, papagayos y orquídeas.
Una de las obras destacadas, además de las sustanciales mejoras emprendidas en el malecón Simón Bolívar, es un curioso vitral en donde aparece retratado el propio ex alcalde, junto a símbolos de progreso y modernidad como aviones, buses y piscinas.
Varias páginas del libro muestras las vías alfaltadas, los puentes, los malecones, las casas de vivienda social que inclusive cuentan con piscinas, la canchas de fútbol, el antes y después del Cerro Santa Ana, y el barrio de lujo construido en sus faldas, en donde destaca un rascacielos.
Buena parte de la obra se concentra en eso: en destacar el legado de Jaime Nebot en cuando a las obras que realizó en los varios periodos consecutivos que tuvo al frente del Puerto Principal. Si la mitad del libro es un catálogo de las obras nebotianas, es obvio que repita buena parte de los tópicos de la propaganda municipal del PSC en sus 19 años de administración.
Si la mitad del libro es un catálogo de las obras nebotianas, es obvio que repita buena parte de los tópicos de la propaganda municipal del PSC en sus 19 años de administración.
Por ejemplo, la construcción de un "nuevo aeropuerto" que en rigor fue un terminal nuevo en el mismo predio y con la misma pista, por lo que no es nuevo en el sentido en el que lo es el de Quito-Tababela, o la receta de administración del 85-15: 85% del gasto va a inversión y el 15% a sueldos y salarios.
También, destaca que la cobertura de agua potable en Guayaquil sería del 95%, así como el 90% de cobertura de alcantarillado. Y a las obras que se inauguraron durante los periodos de Nebot, se suma la promesa de un teleférico, la Aerovía, que cruzará el río Guayas para conectar la ciudad con los cantones vecinos.
3.- Es un libro para la construcción de un relato
La construcción de un relato, el del "modelo exitoso de Guayaquil", ha sido uno de los ejes de la comunicación política de Nebot desde hace casi dos décadas. Esa narrativa, la de un político exitoso en medio de funcionarios fracasados, derrocados, corruptos, impopulares o de plano incompetentes, ha sustentado buena parte de la retórica del ex alcalde.
La promoción de las obras y las comparaciones, sobre todo con Quito, ciudad que en el transfondo del texto parece que no "progresa", que está "estancada" o simplemente no avanza, frente a lo que parecen formidables logros de Guayaquil y su gente.
En una coyuntura en la que la nueva clase política, surgida del correísmo, tiene poco o nada propio que exhibir, la hoja de vida de Nebot como administrador y ejecutor de obra pública resulta lo más importante.
La receta no es nueva, y ha sido exitosa en otros país de la región como un trampolín presidencial. En El Salvador, Nayib Bukele, alcalde de dos municipios de ese país, pudo exhibir como muestra de competencia la gestión que hizo en ambos cabildos. En una coyuntura en la que la nueva clase política, surgida del correísmo, tiene poco o nada propio que exhibir, la hoja de vida de Nebot como administrador y ejecutor de obra pública resulta lo más importante. Y en esa medida, cada palabra, cada oración y cada capítulo parece enfocado a eso: Nebot, un político profesional, de carrera, que ha hecho realmente obra tangible, en medio de un escenario dominado por improvisados, sobre todo del correísmo o el ex correísmo, que poco pueden mostrar de resultados.
La descripción del "modelo exitoso" ocupa también varios capítulos y se insiste en él en varios lugares del libro. Un concepto que consiste en destinar la mayor parte de los recursos a la inversión y no al gasto corriente, y en proveer servicios por medio de "fundaciones" de derecho privado que reciben dinero público, cuyo control -se destaca también en varios lugares- es mucho más riguroso que el que se realiza en cualquier otro municipio solo por medio de auditorías de la Contraloría.
Un modelo en donde los empresarios privados tienen la puerta abierta, para trabajar en conjunto con el Estado seccional en la realización de obras y la provisión de servicios, y en donde lo que se percibe como un cerril estatismo -implementado sobre todo por Rafael Correa y su gobierno- ha sido superado como generador de riqueza, éxito y, sobre todo, "prosperidad". Pero aunque las menciona tangencialmente -en general, en el libro no aparecen las voces de los críticos del ex alcalde, ni del ex presidente Correa, ni de quienes lo han cuestionado mayormente en el pasado- la obra ataja algunas de las críticas al llamado "modelo exitoso", como las que se han formulado sobre la falta de control de los recursos o las que han denunciado como falaz la comparación con Quito, ciudad que tiene más competencias y brinda sus servicios por medio de empresas municipales.
Pero a la construcción del relato nebotiano no le interesa rebatir críticas. No de gana, la imagen del político, vestido siempre de blanco, aparece asociada en la portada a la palabra "prosperidad".
4.- Es un recordatorio de la carrera política de Jaime Nebot
Nebot es un hombre que está en política nacional por lo menos desde 1984, cuando su mentor, el ex presidente León Febres Cordero, de quien se distanció en el ocaso de la vida de éste, le nombró gobernador del Guayas. Un apartado del libro hace un recuento de esa carrera, sobre todo dirigido a los más jóvenes, para quienes el Nebot temprano es casi un capítulo de historia antigua.
Como gobernador, Nebot fue el pilar del poder socialcristiano en Guayaquil. Por eso, sucesos como el "taurazo", el secuestro de Febres Cordero por militares de la Fuerza Aérea sublevados, que tras golpearlo amenazaban con matarlo, o la lucha contra el grupo subversivo Alfaro Vive Carajo (AVC) aparecen mencionados. Los autores, sin embargo, minimizan las denuncias de violaciones de derechos humanos supuestamente cometidas en el régimen de Febres Cordero. Y, sobre el caso de AVC en particular, aseguran que se trató de un pequeño grupo de armados, no más de 200, que operaron sobre todo en Quito y en Cuenca, bastante lejos de la influencia del gobernador del Guayas. Esto a pesar de que uno de los episodios más violentos y polémicos de la lucha subversiva tuvo lugar en Guayaquil, con el secuestro y muerte del banquero Nahin Isaías, propietario del Filanbanco, así como otras operaciones de AVC.
El Nebot diputado es otra etapa de la carrera política del ex alcalde, cuando concurrió al Congreso Nacional en Quito y tuvo importante papel en interpelaciones y juicios políticos contra el Gobierno de Rodrigo Borja. Eran, también, tiempos violentos, de cenicerazos, patadas, golpizas en el pleno e insultos a granel, y en ese ambiente de violencia, es el propio Nebot quien relata su bronca con Víctor Granda y Enrique Ayala Mora, en donde los insultos que profirió fueron usados en su contra por varios lustros.
En el Congreso hubo tiempos violentos, de cenicerazos, patadas, golpizas en el pleno e insultos a granel, y en ese ambiente de violencia, es el propio Nebot quien relata su bronca con Víctor Granda y Enrique Ayala Mora, en donde los insultos que profirió fueron usados en su contra por varios lustros.
El Nebot candidato a la presidencia por dos ocasiones también es reseñado. Ahí el ex alcalde cuenta los detalles de sus dos postulaciones fallidas. Sobre todo, la que perdió frente a su rival guayaquileño, Abdalá Bucaram, en donde admite que equivocó su slogan de campaña ("primero la gente") por consejo de sus consultores políticos, lo que usó Bucaram para contestar: "primero los pobres, después esa gente".
Nebot, entrevistado por los autores, relata también los años de inestabilidad que siguieron a la caída de Bucaram, la caída de Mahuad, la Constituyente de 1998, el feriado bancario -en donde aprovecha para defenderse de ser corresponsable por proponer crear un impuesto a la circulación de capitales- y la lenta agonía de la "partidocracia", que, en su opinión, se "suicidó" ocupada en perseguir gente, abriendo la puerta para el advenimiento de Rafael Correa.
Nebot durante el correato es otro episodio en ese apartado. El ex alcalde recuerda los distintos choques que tuvo con el ex presidente, quien se burlaba de él con frecuencia en las sabatinas, lo remedaba y denunciaba el "modelo exitoso" como una engañifa. Aparecen reseñados episodios como cuando Correa quiso evitar que se coloque un monumento a Febres Cordero, cuando intentó reducir la importancia del puerto de Guayaquil en el tráfico portuario nacional o cuando suspendió el programa de lucha contra la delincuencia del Municipio, alegando que para eso estaba la Policía Nacional.
Así, 35 años de carrera política se resumen en el libro.
5.-¿Pero qué propone y hacia dónde va actualmente Jaime Nebot?
Aunque los autores anuncian que no está seguro todavía de postularse, destacan un Nebot maduro, sereno, dispuesto a un gobierno tolerante, en donde se pueda replicar el llamado "modelo exitoso" de Guayaquil a escala nacional. Pero toman alguna distancia sobre la verdadera infraestructura política del PSC, que, admiten, es un partido provincial con influencia en la cuenca del Guayas pero con escasas posibilidades en la Sierra y en la capital. Al respecto, los autores consignan la confianza de que una cosa es el PSC y otra las posibilidades de Nebot como candidato. Al parecer, a eso se apuesta en su entorno.
Tanto Nebot cuanto los autores plantean la posibilidad de un gobierno de "centro" y colocan a Guillermo Lasso a la derecha más neoliberal, y al correísmo y las izquierdas en las antípodas.
En las partes finales del libro, Nebot insiste en su conocida postura de evitar que haya más impuestos, y que los ciudadanos sean quienes paguen "la farra del Estado". Sostiene que buena parte de la fórmula de inversión que implementó cuando alcalde podría ser usada en el Estado nacional, así como tender puentes con la empresa privada. En varias partes del libro, tanto Nebot cuanto los autores plantean la posibilidad de un gobierno de "centro" y colocan a Guillermo Lasso a la derecha más neoliberal, y al correísmo y las izquierdas en las antípodas. Curiosamente, los biógrafos casi no mencionan el desembarco de Nebot en las redes sociales, desde donde ahora hace los pronunciamientos que antes lanzaba por radio y televisión, y parecen eludir una respuesta sobre qué ha hecho el ex alcalde para conectarse con los votantes más jóvenes.
El retrato que proponen Aspiazu y Ruiz es el de un hombre que se conmueve con las carencias de los pobres, que se pregunta de dónde van a sacar las personas de menos ingresos cinco centavos adicionales para el bus si les suben los pasajes, y que es plenamente conciente de que la visión que tienen tanto las élites cuanto ciertas clases medias de la vida en el Ecuador es, generalmente, muy distinta de la que tiene el grueso de la población.
¿Es Nebot una opción presidencial para el 2021? La respuesta de Aspiazu y Ruiz parece ser un sí rotundo. La de Nebot, de momento, parece ser solo un talvez.
[RELA CIONA DAS]
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