

Agentes de la patrulla fronteriza registran a menores no acompañados en la ciudad La Joya, Texas, vecina de Ciudad Juárez, por donde transitan la mayoría de ecuatorianos que buscan llegar a EEUU. Foto: Hector Guerrero
Entre octubre de 2020 y mayo de este año, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos encontró a 1.988 niños, niñas y adolescentes ecuatorianos en la frontera con México. Todos estos menores estaban sin sus padres. Recientes datos difundidos por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) muestran el acelerado aumento de menores de edad de Ecuador que transitan en una de las fronteras más peligrosas del mundo.
El mayor incremento sucedió en los últimos cinco meses. En diciembre pasado, la Patrulla Fronteriza halló 188 niños ecuatorianos. Pero en mayo esta cifra se duplicó hasta los 395. Este aumento va de la mano de las historias. La prensa internacional ha registrado niños ecuatorianos siendo abandonados en el muro fronterizo de Estados Unidos.
Primero fue la historia de Yareli y su hermana Yasmina, de 3 y 5 años, quienes fueron arrojadas por la valla fronteriza, el pasado 31 de marzo. Ellas se quedaron solas en la mitad del desierto hasta que llegó una Patrulla Fronteriza. La cadena norteamericana en español Telemundo llegó hasta Jaboncillo, en Loja, para contar sobre la vida de las niñas y de sus carencias. Vivían con su tío y abuelos en una humilde casa. Sus familiares contaron que ellas extrañaban a sus padres que están en Nueva York.
Luego, una periodista de la agencia internacional AFP grabó a un niño guayaquileño, de 7 años, que imploraba a la mujer que lo dejó en la frontera que no se vaya. El video fue publicado el 29 de mayo. El menor se quedó solo y aferrado a su peluche. Él fue finalmente reunificado con su tía, en la ciudad de New York, el pasado 17 de junio. Mientras que las niñas fueron trasladadas a un albergue especializado en el estado de Illinois y el 17 de abril fueron reagrupadas con su familia.
#VIDEO "¡No te vayas!". Sin soltar su oso de peluche y agitando la mano, un niño le lanza ese grito a la mujer que lo acaba de dejar abandonado, de noche, en la frontera entre México y Estados Unidos #AFP pic.twitter.com/jiKYgggYSQ
— Agence France-Presse (@AFPespanol) May 29, 2021
En ambos casos, personas no identificadas los trasladaron hasta la frontera y los abandonaron durante la noche. Familiares de los menores pagan a coyoteros para que estos los lleven hasta áreas fronterizas. William Murillo, de la organización 1800 Migrante, dice que hay una coordinación entre los coyoteros y los familiares. Los padres saben que los dejararán en una ciudad y que la patrulla los llevarán a un centro de detención determinado. Luego llamarán a Migración y solicitarán la reagrupación en caso de que los progenitores estén regulares en Estados Unidos. Caso contrario, deben buscar una persona que sea residente o sea un ciudadano norteamericano, que además tenga las condiciones económicas para asumir la responsabilidad de ese niño, niña o adolescente.
El mayor incremento sucedió en los últimos cinco meses. En diciembre pasado, la Patrulla Fronteriza halló 188 niños ecuatorianos. Pero en mayo esta cifra se duplicó hasta los 395.
*En este gráfico, los datos de año 2021 incluyen las estadísticas desde octubre 2020 hasta mayo 2021.
Este aumento coincide con la decisión del presidente Joe Biden de eliminar la política de devolver a los niños no acompañados a México. Ese fue un cambio respecto a la posición de su antecesor, Donald Trump, duramente criticado por su política migratoria. Ahora los casos de estos niños se tramitan en tribunales norteamericanos. Murillo explica que eso no quiere decir que exista una política de puertas abiertas, pues hay discrecionalidad de los funcionarios y dependerá de cada caso.
Entre octubre de 2020 y mayo pasado, hubo 80.325 niños no acompañados, procedentes de 20 países. De ellos, el 2.5% eran ecuatorianos. El mayor pico se dio en marzo pasado, cuando 19.000 menores (311 ecuatorianos) llegaron en esas condiciones a Estados Unidos, en un solo mes, lo cual fue un récord.
La migración de niños ecuatorianos con o sin acompañamiento no es nueva y ha revelado los riesgos y la violencia a la que son sometidos durante el camino. En 2014, Noemí Álvarez, de 12 años, se suicidó en un albergue en Ciudad Juárez, donde había sido detenida junto a su coyote. La niña indígena, oriunda de El Tambo (Cañar), intentó en dos ocasiones cruzar sola la frontera entre México y Estados Unidos. En ese trayecto fue violada.
El pasado 21 de junio, Christian Alexander Barbecho Quezada, de 15 años, murió en los brazos de su padre mientras ambos intentaban cruzar la frontera por el desierto en el estado de Texas, Estados Unidos, que en épocas de verano alcanza los 50 grados centígrados. Una persona los encontró desmayados cerca de su rancho, pero en el hospital solo se confirmó la muerte del menor. Ambos salieron desde el aeropuerto de Latacunga hasta México, una ruta operada por Aeroregional, pero que la suspendió. Es la víctima más joven de la migración irregular ecuatoriana en lo que va el 2021, según 1800 Migrante. Su madre, Martha Quezada, en declaraciones a esa organización, dijo: “Hago un llamado a todos los padres que tienen a sus hijos en el Ecuador o en sus países de origen y que están pensando en traerlos por las fronteras, que no lo hagan, es muy peligroso, y podrían perder a sus tesoros como me ha tocado a mí, el día de hoy, perder a mi adorado hijo”.
¿Quién cuida a los niños migrantes?
Una vez que la patrulla fronteriza los encuentra, los menores pasan por un centro de detención y luego son transferidos a albergues del programa de Niños no Acompañados de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados de los Estados Unidos (ORR). La ORR, dice, toma en consideración la naturaleza única de la situación de cada niño y adolescente menor de 18 años. Ellos no están a cargo de su situación migratoria, eso lo resuelve un juez.
Tan pronto los niños ingresan al cuidado de la ORR, se les pone en contacto con sus padres, tutores o familiares, si se conocen, y comienza el proceso de búsqueda de un ‘patrocinador’ adecuado, según esa institución. El ‘patrocinador’, en su gran mayoría, es uno de los padres o un familiar cercano que vive en los Estados Unidos.
“Hago un llamado a todos los padres que tienen a sus hijos en el Ecuador o en sus países de origen y que están pensando en traerlos por las fronteras, que no lo hagan, es muy peligroso, y podrían perder a sus tesoros como me ha tocado a mí, el día de hoy, perder a mi adorado hijo”, Martha Quezada.
Pero en 2018, estos centros -en su mayoría servicios subcontratados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos, al que pertenece la ORR- fueron denunciados por maltratos. En ese año, el gobierno de Trump ordenó la separación de los menores de sus padres. Medios y organizaciones publicaron imágenes de niños llorando y llamando a sus padres en esos centros. Esto levantó una ola de protestas e indignación a escala mundial. Mientras se quedaban solos, los niños se enfrentaron a celdas frías, agua en mal estado o los guardias los atemorizaban con la amenaza de ser enviados a adopción.
En marzo pasado, volvió el escándalo sobre los centros de detención de menores. Imágenes de uno de ellos en Texas mostraban a niños durmiendo sobre delgados colchones ubicados en el piso en estrechos espacios y con mantas de aluminio. El congresista por Texas, Henry Cuellar, quien difundió las imágenes, afirmó que en ese lugar se habían instalado ocho cápsulas de plástico. La falta de distancia entre ellos y de implementos de aseo, por la pandemia, generó preocupación. Biden aceptó que algunos de estos centros eran “inaceptables”, reportó la BBC. Hace poco, Los Ángeles Times publicó que niños mexicanos que están siendo repatriados sin ser enviados a la ORR.
En Estados Unidos hay voces que han pedido un cambio respecto a estos refugios. La organización Florida Immigrant Coalition ha solicitado “alternativas” a los centros de ORR para los niños que migran solos a Estados Unidos como iglesias, ONG y líderes comunitarios. En ese estado, líderes políticos y activistas rechazaron la reapertura de un centro de detención en Florida para niñas y niños migrantes, que había cerrado en 2019 en medio de acusaciones de maltrato.
En 2020, la ORR atendió a 15.381 niños, niñas y adolescentes. El 72% tenía más de 14 años y el 68% eran niños. Sus principales países de origen fueron Guatemala (46%), El Salvador (14%) y Honduras (25%). En su sitio web, no hay datos sobre niños ecuatorianos.
Al 2 de mayo de 2021, este programa había atendido a 22.264 niños no acompañados y en promedio se quedan en esos centros alrededor de 35 días. En ese tiempo, las autoridades norteamericanas verifican los antecedentes de los ‘patrocinadores’, incluso de violencia sexual, para garantizar la seguridad de los menores, según su sitio oficial. En el caso de las niñas y el niño ecuatoriano abandonados en el límite fronterizo permanecieron alrededor de 15 días en albergues.
En el caso de las niñas y el niño ecuatoriano abandonados en el límite fronterizo permanecieron alrededor de 15 días en albergues.
La Cancillería dijo que en ambos casos estuvo vigilante de las condiciones de los menores ecuatorianos en esos centros. Tras el abandono de los niños, rechazó el “desprecio a la vida humana por parte de quienes delinquen traficando ilícitamente con los migrantes” y exhortó a las familias y padres a evitar exponerse o exponer a sus hijos a los peligros que conlleva la migración irregular.
Murillo afirma también conocer varios casos de menores en albergues en México. Dice que un niño, de 13 años, lleva tres meses en uno de esos lugares y a su organización ha llegado información de dos menores que desaparecieron en esa frontera hace diez y seis años, ambos de Azuay. Pide a las familias que no arriesguen ni envíen a sus hijos o hijas con extraños pues los pueden dejar solos en cualquier punto fronterizo. Asegura que no hay coordinación entre las autoridades mexicanas y ecuatorianas para resolver la situación de esos niños, ni una política global para la migración irregular de ecuatorianos.
La migración imparable y las expulsiones
Entre octubre de 2020 y mayo pasado, 41.699 ecuatorianos -la mayoría adultos solos- fueron encontrados o detenidos por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos. Adam Isacson, de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés), resaltó en su cuenta de Twitter el drástico incremento de la migración ecuatoriana. Basado en los datos de la CBP, publicó el listado de países con el mayor número de ciudadanos que han tenido “encuentros” con la Patrulla Fronteriza, en mayo pasado. Ecuador se ubicó en el cuarto lugar después de México, Honduras y Guatemala. La mayoría de ecuatorianos ha intentado cruzar por Texas, específicamente por la ciudad de El Paso, que se encuentra frente a Ciudad Juárez, Chihuahua, (México), y por el valle del Río Grande.
Countries whose citizens Border Patrol "encountered" more than 1,000 times in May at the U.S.-Mexico border:
— Adam Isacson (@adam_wola) June 19, 2021
Mexico 65,914
Honduras 30,494
Guatemala 25,768
Ecuador 11,655
El Salvador 10,011
Venezuela 7,371
Brazil 7,366
Nicaragua 4,354
Haiti 2,704
Cuba 2,611
Romania 1,203
De los 41.699 ecuatorianos detenidos, 28.488 fueron expulsados por ser considerados un posible riesgo para la salud pública de ese país por la pandemia. Soraya Vásquez, directora de la organización Al Otro Lado en Tijuana, explica que en el gobierno de Trump, en la pandemia, estableció una política para expulsar a las personas que cruzan por pasos irregulares, de acuerdo al Título 42 de la Sección 265 del Código de los Estados Unidos. Esta es una norma de salud pública que busca evitar la introducción del Covid desde México. Entonces los expulsa inmediatamente sin pasar por un juez de migración. “Y cuando los devuelven, los devuelven a la nada, porque México no tiene un programa de ayuda para ellos, somos la sociedad civil la que hacemos ese trabajo”. Eso no ocurre con los nños.
Vásquez dice que México recibe en promedio 100 personas expulsadas cada día y las ciudades mexicanas no tienen la capacidad ni la infraestructura para atenderlos. Los migrantes quedan expuestos a la violencia y al crimen organizado que sabe que ellos tienen familiares en Estados Unidos y los secuestran para exigir dinero.
Las cifras oficiales norteamericanas también muestran un incremento de familias que viajan juntas. En ese mismo periodo, fueron halladas 9.582 familias ecuatorianas, según la CBP. Mientras que entre octubre de 2019 y septiembre de 2020, hubo 1.974 familias migrantes.
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