

El precio de las mascarillas adecuadas para evitar el contagio por COVID19 (coronavirus) subió 800% en las fábricas. En Ecuador, el precio de importación era de 5 centavos antes de la pandemia. Ahora bordea, al alza, 65 centavos por unidad. El sistema de salud pública y privada del Ecuador requiere cinco tipos de mascarillas: quirúrgica estándar con y sin elástico, quirúrgica pediátrica y mascarilla con visor. De esta última se necesitan 132.000 unidades, y de las otras casi 9 millones de unidades. Y también se requiere de la mascarilla N-95, recomendada por la OMS para enfrentar al coronavirus. Esta consiste en una máscara protectora con capacidad de filtración del 95% de patógenos, con válvula unidireccional de exhalación y otras especificaciones. El Ecuador requiere 25.000 de estas mascarillas. También necesita 850.000 respiradores N-95 que es la misma mascarilla protectora, pero sin válvula.
A estas necesidades se agregan otros insumos médicos para dotar a los operadores de salud, que están en primera línea de batalla, de la protección necesaria, lo mismo que para la población que no puede quedarse en sus casas.
Súmele guantes: 16 tipos de guantes entre tallas diversas y para dos funciones: para examinar pacientes y quirúrgicos. De estos se requieren 130 millones, porque son desechables. También seis tipos de batas protectoras, unas 2,3 millones de unidades. Súmele 7 millones de gorros quirúrgicos, 270 mil unidades de gel alcohólico. Sábanas, también se requieren sábanas, de tres tipos, casi dos millones, y casi 7000 bolsas para cadáveres. Pero esta lista es solo para los hospitales que gerencia el Ministerio de Salud. De los hospitales del IESS no hay todavía una cuantificación de lo que requieren.
Varios médicos y personal de salud hicieron público en redes sociales que no se les estaba dotando de insumos de protección y que estaban trabajando en alto riesgo. Al reclamo, la ministra de Salud, Catalina Andramuño, respondió que estaban vigilando constantemente que el personal de salud recibiera lo que necesita y que se diera uso adecuado del mismo. No habló de escasez, pero admitió que 24 operadores de salud (17 médicos entre ellos) han sido contagiados por coronavirus.
De acuerdo de recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, OMS, un operador de salud requiere de mascarilla N-95, guantes, bata antifluídos y gafas para tomar muestras respiratorias. Los trajes completos de protección solo se usan para las Unidades de Cuidados Intensivos cuando intuban pacientes o los desintuban.
El cruce de cartas y los problemas
El 29 de enero último, la doctora Diana Molina, subsecretaria de Gobernanza de la Salud, del PSP, envió carta a la Asociación Ecuatoriana de Importadores y Distribuidores de Insumos Médicos, ASEDIM, donde se le decía que ante el aparecimiento de casos de coronavirus en el mundo se requería comprar urgentemente insumos médicos (Ecuador hasta el momento no los tenía) y anexaba los requerimientos para protección personal y desinfección de ambientes. El MSP incorporó a la carta una lista de pedidos y decía que estos ítems contaban con registro sanitario en el país. Y dio a los importadores y distribuidores (solo el 1% de estos se fabrican en el Ecuador) 72 horas para informar la capacidad de producción e importación, además de la proforma de costos estimada.
2,3 millones de batas protectoras se requieren para los operadores de salud del MSP, según los requerimientos que se hicieron el 29 de enero.
El 4 de febrero, al Asedim adjuntó la lista de existencias y la disponibilidad inmediata de insumos: 80 millones aproximadamente de 11 tipos de guantes.
De estas negociaciones, los requerimientos del MSP y la existencia en el país, no se pudo concretar compra alguna debido a varios inconvenientes que han impedido que el sistema de salud del Ecuador, en plena crisis de la pandemia, tenga a disposición los insumos médicos para luchar contra esta peste.
El hecho es que ha transcurrido más de mes y medio desde la primera carta del MSP y hasta ahora no se pueden comprar nuevos insumos médicos, pues los que se tenían para uso normal se agotaron ya con la epidemia, y las nuevas importaciones demorarán. El 80% de compra lo hace el Estado, y los importadores proceden a importar solo cuando le han adjudicado procesos de contratación pública. Sin embargo, solo, de la Red Pública Integral de Salud, RIPIS, solo el MSP sabía qué y cuánto necesitaba, pero el IESS no lo sabía.
Recién este 18 de marzo, el director del Seguro General de Salud envió un memorando de 18 páginas a 140 autoridades de todos los hospitales y unidades médicas del país dando las instrucciones pertinentes. Estas era sobre los lineamientos para la compra emergente en cumplimiento del Estado de Excepción.
A cada una de estas unidades de salud se les pedía un estudio de mercado, donde se consignen mínimo tres referencias de precios; también que se debe sustentar la selección del proveedor que resulte adjudicado y debe prevalecer la mejor oferta: más conveniente a los intereses institucionales, mejores condiciones técnicas, económicas y de tiempos de entrega.
El director también pidió a los 140 autoridades hospitalarias que hagan el cálculo de las cantidades a solicitar, y para esto se debe contemplar "el promedio de consumo mensual, multiplicado por los meses que se requiera el abastecimiento, incrementado el porcentaje que esté debidamente sustentado por concepto de la emergencia sanitaria". De acuerdo a este pedido, las unidades médicas del IESS recién están haciendo sus cálculos. ¿Cuánto puede demorar eso? No hay plazo, pero se supone que lo más rápidamente posible de acuerdo a las necesidades de cada unidad.
Un último recurso
Luego de un cruce de cartas con el Ministerio de Salud, sin lograr solucionar mayor cosa, el 18 de marzo último, la Asedim envió otra carta a todas la autoridades que conforman el Comité nacional de Operaciones de Emergencia, COE, en la cual advertía que la importación de estos insumos médicos tenía varios problemas: las unidades médicas de la Red no habían hecho pedidos consolidados, no se tenían cantidades precisas sobre los requerimientos. Sin estos datos, no se podían hacer los pedidos internacionales, porque se importan luego de la adjudicación de procesos de compra pública. Además, que a pesar de que se había declarado el Estado de emergencia, para obviar y acelerar procesos de contratación, dada la situación mundial, no sería factible disponer de los dispositivos médicos de manera inmediata en el país, puesto que éstos deben ser importados y el tiempo que se requiere como mínimo es entre 30 y 45 días para que ingresen al país.
El hecho es que hasta esa fecha las autoridades de salud, salvo el MSP, no habían establecido sus necesidades consolidadas para comprar los insumos lo antes posible y asegurar el abastecimiento de la Red Pública Integral de Salud, RPIS, que contempla los casas de salud del Ministerio de Salud, del IESS, y hospitales policiales y militares.
Los importadores y distribuidores advirtieron que el inconveniente fundamental es que por ser una pandemia, existen pedidos a las casas fabricantes realizados por cientos de otros países que enfrentan en mayor gravedad el problema, al igual que el Ecuador. Esto significa que el país está en una lista de espera para poder ser atendido por fabricantes y distribuidores internacionales.
30 días al menos se requieren para importar insumos médicos. El ecuador solo produce el 1% de los mismos.
Para proceder a los procesos de importación los importadores y distribuidores necesitan, dijeron, las confirmaciones formales de los productos y sus cantidades especificas por parte de las entidades de salud para proceder a la importación de los mismos y poder abastecer al Sistema de Salud. Sin estos requerimientos, no se podían realizar las solicitudes a los fabricantes y por ende la importación.
Los voceros de la Asemid recordaron al COE que el 4 de febrero del 2020 se remitió al MSP la información requerida sobre la disponibilidad de dispositivos médicos, en referencia al listado enviado por esta institución, sobre las necesidades que las unidades médicas requieren para enfrentar la epidemia.
Al declararse el Estado de Excepción, las condiciones de contratación cambian, pero surgieron algunos problemas. La Asemid pidió el estricto cumplimiento sanitario establecido en la Ley Orgánica de Salud, Norma Técnica Sanitaria para Registro Sanitario y Control de Dispositivos Médicos de Uso Humano, Norma Técnica Importación Medicamentos, Tratamientos Especializados, mediante Resolución No.33, publicada en Registro Oficial 427 de 13 febrero 2019; y Circulares emitidas por el SERCOP.
También pidió en su carta que se exija el cumplimiento normativo en control sanitario en las contrataciones directas a realizarse en el marco de lo establecido en el artículo 57 de la LOSNCP y 4 íbidem en la aplicación de los principios que aplican para esta ley.
Y que se disponga, vigile y controle a las Unidas Médicas que exijan en los procesos de contrataciones en referencia a dispositivos médicos:
- Exigencia Registro Sanitario del dispositivo médico (Art. 137 Ley Orgánica de Salud) o el cumplimiento de la excepción de registro sanitario para importación en casos de emergencia Art.10 NTIMTE Resolución ARCSA No.33 (de ser aplicable);
- Permiso de funcionamiento como establecimiento farmacéutico para poder comercializar dispositivos médicos (Art. 179 Ley Orgánica de Salud).
- Certificación de Buenas Prácticas de Almacenamiento, Distribución y Transporte “BPADT” (Art. 34 Norma Registro Sanitario dispositivos médicos).
- Se vigile el cumplimiento y verificación de los requisitos técnico-sanitarios que debe cumplir todo proveedor de dispositivos médicos; con la finalidad de garantizar la salud de los pacientes y brindar dispositivos médicos calidad, más aún en este momento de emergencia sanitaria, cuando la finalidad es buscar la efectividad de tratamiento a los pacientes que padecen de COVID-19.
- Se disponga generar los requerimientos de abastecimiento con las cantidades de dispositivos médicos totales necesarias por parte de las unidades médicas de manera inmediata para evitar el desabastecimiento del Sistema Nacional de Salud, tener cifras centralizadas de la RPIS permitirá una mejor organización
¿Cuál es la situación?
De acuerdo a este relato, la situación sería esta que las unidades médicas no están abastecidas de dispositivos médicos para tratar la pandemia y para sus procedimientos regulares. Esto porque debido a los trámites y normativa no se han realizado los procesos de compra por institución o centralizado para la RPIS. No hay claridad tampoco sobre el stock disponible en las unidades de la RPIS tanto para atención de la pandemia y su función regular.
Dado que el tiempo mínimo de importación es de 30 a 45 días, en condiciones normales, no se ha tomado en cuenta que los insumos médicos, a escala mundial, están escasos, caros y demorados. Esto no solo involucra las mascarillas, batas o guantes para el personal médico y la población, sino también lo kits para las pruebas de coronavirus, la dotación de insumos a los laboratorios, el equipamiento de las ambulancias para el traslado adecuado de los pacientes infectados, la dotación de oxígeno en los hospitales, la protección de bioseguridad en los recolectores de basura y recolección de desechos hospitalarios...
El Servicio de Contratación Pública ha iniciado ya varios procesos de adquisición.
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