
Cronista y ensayista. Máster en politícas ambientales y territoriales por la Universidad de Buenos Aires.

Ilustraciones: SCH
Lea el PRIMER ENSAYO, SEGUNDO ENSAYO
El lapicero se mueve lento. Los dedos tiemblan a sujetarlo porque la pulsión de su muñeca está cerca de existir más de un siglo por el orbe. Pero los trazos de las letras que ejecuta la otrora periodista sobre una hoja de papel continúan perfectos: las O redondas, las S simétricas. Los vocablos dibujados por ese utensilio siguen claros como guijarros de colores que reposan en un río cristalino. Para la dueña de esa mano la escritura le salió de las entrañas, tan natural, como cuando la lluvia se convierte en tormenta para sostenerse en el tiempo.
Así imaginé los últimos días de la columnista, otrora Zarelia.
Según la historiadora Raquel Rodas, en la biografía: Zoila Ugarte de Landívar: Patriota, y Republicana: “Heroína ejemplar del feminismo”(2011), la periodista escribió hasta sus últimos días incluso a lápiz bicolor:
Ya no tiene hojas de papel y no le importa en qué escribe sino lo que escribe. Cualquier papel: los márgenes del periódico, trozos de papel de estraza, sobres, envolturas de caramelos, todo le sirve.
En este análisis se revisarán tres artículos diferentes de la cronista y activista que nació en El Guabo (El Oro) que fueron publicados en diferentes medios: La mujer en la independencia (La mujer), Las cualidades fisiológicas y psicológicas de las mujeres y del varón, la igualdad de los dos sexos. (Columnas Plumadas del diario La Prensa) y Contra soberbia y humildad (La Ondina del Guayas). Como procedimiento también utilizaré al género periodístico de la entrevista. Charlé con dos expertas en la obra de Ugarte: Ana María Goestchel (historiadora y socióloga de la FLACSO) y Vanessa Terán Iturralde (periodista, máster comunicación digital y creadora de la revista: Soy la Zoila).
Ugarte vivió 101 años (1868-1969). Dos siglos. Rodas explica en su biografía que por amor a Jorge Julio Landívar Morán no quiso sacarse el “de”, ahí se aclara que no fue por sometimiento de él ni de la época:
Muchas veces Zoila se refiere a “mi Landívar” con nostalgia y pasión.
Para la revisionista, la también profesora fue la primera mujer liberal y feminista del Estado ecuatoriano. Si bien su obra periodística data más del comienzo y mediados del siglo XX, la machaleña nació en el XIX y vivió el inicio del proceso liberal comandado por, "el viejo luchador": Gral. Eloy Alfaro (1842-1912) que gobernó al Ecuador en dos ocasiones: 1895-1901 y 1906-1911.
En sus inicios como cronista, según un artículo del diario: El Telégrafo (2013), tuvo que utilizar algunos seudónimos para conseguir publicar; entre ellos destacan: Zoraida, La Mujer X y el más conocido Zarelia, ya citado anteriormente.
La periodista se convirtió en liberal porque compartía los mismos ideales de equidad que su hermano, Wenceslao, que fue cercano colaborador de Alfaro. Según el historiador Jorge Núñez Sánchez (1947-2020), dice Rodas, el coronel Ugarte organizó a los caciques costeños y en el primer alfarismo se convierte en diputado por la provincia de El Oro. Después tendría otras dignidades. Lo interesante fue que en 1897 se dicta una nueva Constitución en la que Zoila no está de acuerdo y piensa que el jefe de gobierno traicionó las ideas base del Partido Radical: respeto a la opinión pública y a los derechos ciudadanos, por eso, mantiene diálogos epistolares con su hermano qué a pesar del disgusto de la periodista, siempre respetó su forma de pensar y siguió creyendo en Alfaro. Tal vez, lo que ella cuestionaba del mandatario y por eso increpó a su hermano -explica la historiadora- fue que el alfarismo comenzó a censurar y atacar a la prensa y a los estudiantes, por no estar de acuerdo con las críticas que el periodismo joven ecuatoriano y los universitarios tenían contra el presidente por la forma de gobernar el país.
Ilustración: SCH
La convención liberal que comenzó en 1895 en el país, según Ayala Mora (2015) además de producir un cambio político denominado el Proyecto nacional mestizo, también se consolidó con un modelo económico en el Ecuador: la exportación de productos primarios como el cacao: el auge cacaotero. La banca y la burguesía comercial se impusieron al poder terrateniente que reinaba tanto en la costa como en la sierra. La implantación del Estado laico separó a la iglesia para innovar la administración pública:
Con la modernización del aparato estatal que impulsaron los regímenes liberales, con el Registro Civil, el matrimonio civil, el divorcio y la separación de Estado-iglesia, se consolidó la autoridad secular. Con el establecimiento del laicismo, especialmente en la educación, se logró independizarla del dogma religioso y modernizarla.
Por su parte, Goetschel en su artículo: Estudio introductorio de los orígenes del feminismo en Ecuador (2011) explica que en el primer número de la revista: La Mujer (1905) Ugarte escribió un editorial denominado: Nuestro ideal que marca el inicio del feminismo ecuatoriano hasta la década del cincuenta del siglo XX:
"Trabajaremos por la mujer y para ella. No pediremos nada que ataque los derechos ajenos; queremos solamente que se la coloque en su puesto o más bien que se coloque allí, ella misma, por el perfeccionamiento de todas sus facultades".
Además Goetschel explicó, en una entrevista a este autor, que el 25 de abril de 1907 se da una manifestación estudiantil en la ciudad de Quito a favor del sufragio por parte del Club Universitario. En esa revuelta caen tres personas, la represión fue brutal y ahí se enciende el debate. Hay que recordar que dentro del liberalismo había una facción que deseaba el relevo de Alfaro y no su perpetuación en el poder. Un bando que defendía la democracia y en ese grupo se encontraba Zoila Ugarte, que después de la carta de la madre de Juan Ramón Lasso y de otras señoras de la capital solicitó a la esposa de Alfaro explicaciones de lo sucedido:
Cuando los pueblos quieren ser libres nadie puede impedirles que lo sean: cuando el pueblo ruge hay que temblar, señora: evitad el derramamiento de sangre que nada bueno puede conducirnos; de vuestra influencia de mujer virtuosa y digna esperamos este acto de humanidad; llegué al general Eloy Alfaro, liberad a él y libradnos a nosotros de ser testigos y actores, en el drama horripilante que se prepara. Crisis del liberalismo Alfarista, Celebraciones centenarias y negaciones por la nación ecuatoriana (2010).
¿Ugarte muestra en bastantes textos el civismo y una literatura patria por así llamarlo, por ejemplo, en este caso?
Ana María Goetschel:
¡Sí! El patriotismo es educación y trabajo y esas son las primeras demandas de las mujeres, pero si le diría en el momento de expresar su opinión no rechaza la crítica fuerte, Zoila está siempre en pie de guerra para defender a la nación. Está es una carta que podemos clasificar dentro del feminismo cívico. En esta misiva ella solicita a la esposa de Alfaro que intervenga para evitar las masacres. O sea, ella ya se anticipaba a los hechos de 1912, y recalca que las ecuatorianas que han reclamado la represión del 25 de abril, advierten al general con dignidad para evitar más dolor. Ahí cuestiona que las mujeres no pueden quedarse calladas o quietas ante una situación de extremo peligro para el país:
La mujer tierna y cariñosa, la madre amante, el ángel del hogar en tiempo de paz, tiene que ser arcángel valeroso, en tiempos como los que corren.
Por otra parte, explica Goetschel, en esa epístola defiende la acción pública de la mujer:
“Si bien parte de un lenguaje centrado en la diferencia pues apela al hogar, ve a este como escuela de la virtud y la formación ciudadanas”.
El patriotismo no es sólo guerrero, no: patriotismo es criar buenos ciudadanos
El artículo La mujer en la independencia, publicado por Ugarte en 1918, tiene una estructura de poema épico, por el lirismo y la forma. Por ejemplo, cuando cita a mujeres ilustres para explicar las hazañas en las que lucharon por la emancipación en la época republicana:
Cuando lleva entre sus manos la varita mágica de un hada es madame Recamier, con todas las encantadoras seducciones de la mujer bonita; cuando macizo cetro de oro y pedrería, es Isabel la Católica, Blanca de Castilla, Juliana Morell: con ellas reina y domina el poderío de la realeza, del talento, de la virtud, sin debilidades femeninas.
En el ensayo, La Teoría de la épica en el renacimiento y el barroco hispanos y la épica indiana (2014), Karl Kohut explica que los hechos heroicos narrados en la prosa épica por los autores tenían la intención de causar admiración en los lectores, y más, si poseían tinte patriótico y eran recientes. Por lo que se puede observar en el texto de Ugarte el propósito de la escritora era enaltecer los hechos y las gestas de mujeres que marcaron la historia, porque fueron el ejemplo para que la mujer americana de la centuria del XIX también logre proezas en la región contra las monarquías europeas.
Además, la machaleña cuestiona de una manera inteligente la condición de lo femenino, recordemos que este texto fue escrito en plena Gran Guerra. Así cavila en este artículo la periodista sobre dios, la mujer y el hombre:
Aquí es libertadora de su nación, guerrera, conquistadora, reina o jefe; allá, sibila, sacerdotisa, vestal. ¿Quién la mediadora entre Dios y el hombre? La mujer. ¿Quién entre el mundo del misterio y el visible? La sacerdotisa que vaticina y dispone a su antojo de reinos y guerreros.
Otra característica de esta columna es que utiliza al lirismo para profundizar su discurso crítico. Para el investigador, Luis Javier Hernández Carmona, en su artículo: El ensayo lírico como experiencia estética-hermenéutica, el texto analítico-elegíaco, en este caso, es la manera de comprender la realidad utilizando mecanismos literarios. Es decir, el autor o autora suma su criterio a la estética y a la interpretación, o sea, en diferentes partes de su obra cruza autores, obras o acontecimientos sociales para explicar mejor su argumento.
En el caso de esta columna-ensayo de la articulista ecuatoriana, no sólo navega por la historia sino también incursiona por la literatura porque utiliza bastante las figuras literarias como la metáfora: la gacela se convierte en leona, para ensalzar el heroísmo de las latinoamericanas que ayudaron a la independencia de sus naciones: Manuela Cañizares (1797-1856), Rosa Zárate (1763-1813) y Policarpa Salvatierra (1896-1817).
Persecuciones, ultrajes, cadalsos, nada las amedrenta, impertérritas siguen las huellas ensangrentadas con que los héroes van marcando la ruta del deber; y la gacela se convierte en leona, y la torcaza azul en águila caudal que desafía el firmamento con el batir de sus alas.
Por otra parte, la autora remata este texto lírico describiendo qué sería el patriotismo, y en su redacción evoca porque esas mujeres lucharon por sus ideales y territorio sin temor a las venganzas. También aclara que el civismo no sólo es combatir por la bandera y el territorio, sino que se localiza en las virtudes de cada ciudadana y ciudadano:
Patriotismo es despreciar el vicio, que se pomponea entre el boato y la soberbia alardeando de grandeza
Como estocadas
Entrevisté como lectora de Ugarte a la periodista Vanessa Terán Iturralde, creadora de la revista Soy La Zoila. En la charla tratamos dos artículos, uno escrito en el diario: La Prensa y el otro en la revista, La Ondina del Guayas.
¿Qué destacas del estilo de las columnas de Ugarte, y en especial éste que leíste: Las cualidades fisiológicas y psicológicas de las mujeres y del varón, la igualdad de los dos sexos?
Vanessa Iturralde Terán (VI):
La pluma de Zoila es afilada, ella utiliza figuras retóricas; por ejemplo, el sarcasmo le sirve como giro para reforzar sus argumentos. En esta columna habla de la fuerza versus la debilidad: el hombre fuerte y la mujer débil. En el texto cuestiona: ¿qué hombre se puede igualar con una mujer campesina que puede cargar una azada?
Su eficacia es sutil y a veces se va por las ramas por su conocimiento de la historia, la literatura y esas referencias ayudan a su idea principal. Ella siempre deja para el final esas sentencias impecables que son como estocadas.
¿Cómo confronta la idea que deseaba plasmar en la columna, en este texto sobre las diferencias entre lo femenino y lo masculino?
En sus textos siempre hay un ánimo de conciliación, se podría decir. La idea del artículo es bajar los argumentos machistas que impedían votar a las mujeres. En esa época para ella era lo más importante: el sufragio femenino. Ya que los hombres degradaban a las mujeres, y ahí explica sobre la trata y sobre la esclavitud. Ella por ejemplo utiliza El Quijote... para aludir a esos hombres que les encanta que seamos como Dulcinea o Maritornes, o sea, personas desinformadas. Es una especie de categorización como ciudadanas de segunda que no pueden sufragar, como explica antes de citar a estas dos mujeres ficticias de la literatura:
“Esto hace el hombre con su pupila, con su protegida, con la guardiana de su hogar, con quien le ha sido encomendada, según dicen los románticos, defensores del pulipaje de la mujer”.
¿Qué piensas sobre la manera de ensayar, por así decirlo, sobre los valores cívicos, en la columna de la revista La Ondina del Guayas: Contra soberbia, humildad, que dedica a su sobrina Mercedes María, sobre la virtud y la modestia?
No es bueno ser una persona, narcisista y orgullosa. En lo personal creo que ella estaba adelantada con este texto discursivo de los valores, de la soberbia y de la modestia. Sus escritos perduran, y no es confrontativa, a pesar de ser muy lúcida. Invita siempre al análisis y a la reflexión, esa es su forma de relacionarse con el lector o lectora. Me imagino que en esa época para Zoila debe haber sido complicado tener que escuchar y aguantar todo ese ego intelectual masculino.
Y de hecho en La Ondina del Guayas la describen como una pluma varonil. El libro de Raquel Rodas recoge lo que decían los varones de lo que era Zoila en esa época. Ellos la admiraban y respetaban porque era tan inteligente, según ellos, "como un hombre". Por poco, si no supieras que es mujer pensarías que es un periodista masculino, es todo ese estándar, simplemente no podían decir que es una mujer lucida qué escribe bien y todo lo elevaban al terreno varonil.
Nota: El ensayo titula De una sola vez, en honor a las columnas que Ugarte construyó entre 1910-1911en el diario La prensa y que se llamaban: Plumadas.
BIBLIOGRAFÍA
Ayala Mora, E. 2015. Historia, tiempo y conocimiento del pasado. Estudio sobre periodización general de la historia ecuatoriana: una interpretación interparadigmática. Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador. Corporación Editoria Nacional.
Coronel, V. y Prieto, M. 2010. Celebraciones centenarias y negaciones por la nación ecuatoriana. Crisis del liberalismo Alfarista: Ana María Goescthel. Quito : FLACSO, Sede Ecuador : Ministerio de Cultura
El Telégrafo, 2013. Zoila Ugarte: pionera del feminismo ecuatoriano.
Goetschel, Ana María. 2006. Orígenes del feminismo en el Ecuador. FLACSO, Ecuador. Cuidado de la edición: María Pessina. Diseño de portada e interiores: Antonio Mena
Hernández, C. Javier. 2017. El ensayo lírico como experiencia estética-hermenéutica. Revista Letras. Número:61. Enero-junio 2017. Páginas de la 13 a la 37 del documento impreso.
Kohut Katholische, Karl. 2014. La Teoría de la Épica en el Renacimiento y el Barroco hispanos y la Épica Indiana. Nueva Revista de Filología Hispánica, vol. LXII, núm. 1, 2014, pp. 33-66 El Colegio de México, A.C. Distrito Federal, México.
La Mujer, revista mensual de literatura y variedades. 1905. No. 1. Quito, abril 15 p. 1-4.
La Ondina del Guayas, 1906-1907. Fotografías cedidas por la Biblioteca de Autores Nacionales Carlos A. Rolando, anexa Biblioteca Municipal de Guayaquil. Director: Ángel Emilio Hidalgo.
Rodas, M. Raquel. 2011. Zoila Ugarte de Landívar: Patriota, y Republicana: “Heroína ejemplar del feminismo”. Colección Mujeres del Ecuador, Banco Central del Ecuador.
Ugarte de Landívar, Zoila. 2015. La escritora. Pensamiento y obra de Zoila Ugarte. Tomo I. Páginas: 463. Editorial: Pedro Jorge Vera-Sede. Nacional.
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