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23 de Febrero del 2021
Historias
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23 de Febrero del 2021
Redacción Plan V
Alias Rasquiña y la disputa por las cárceles: ¿Cómo llegamos a la tragedia de decenas de muertos?
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En la cárcel del el Turi, Cuenca, falleció el mayor número de presos: 33. Foto: Robert Puglla / EFE

 

La hipótesis que maneja el Gobierno tiene que ver con una disputa de bandas para retomar el liderazgo y control dentro de las cárceles, después del asesinato del líder de “Los Choneros”. Pero también de viejas rencillas que datan desde que alias ‘Cubano’, otro poderoso personaje, fue asesinado violentamente en 2019. El acceso a celulares y la falta de una separación efectiva de los internos más peligrosos ha permito el ascenso del poder de las bandas, según un experto. El director del SNAI reconoció que el uso de estos dispositivos se ha multiplicado en las cárceles. Hay 79 muertos.

Actualizado hasta el 24 de febrero de 2020


La muerte de alias Rasquiña en diciembre pasado fue el detonante de la mayor crisis carcelaria que se ha registrado en el país, según el Servicio Nacional de Atención Integral a Privados de Libertad (SNAI).  Amotinamientos simultáneos en tres cárceles de máxima seguridad dejaron un total de 79 internos muertos, este martes 23 de febrero. Esto ocurrió en los Centros de Rehabilitación Social (CRS) de Guayas, Cotopaxi y Turi, las tres más grandes del país, donde están los internos más peligrosos. En las tres, está el 70% de la población carcelaria.

El general Edmundo Moncayo informó que la hipótesis que manejan tiene que ver con la disputa de bandas para retomar el liderazgo y control dentro de las cárceles, después de que Jorge Luis Zambrano González, alias Rasquiña y líder de la temida banda de Los Choneros, fuera asesinado el pasado 28 de diciembre pasado. Ese día un sicario terminó con su vida en un centro comercial de Manta, ciudad donde residía.

En el CRS de Guayas y en el resto de cárceles del país se reforzaron los controles. Fotos: Twitter Policía Ecuador

Moncayo mencionó que sabían que habría una reacción a ese crimen, que podría sacudir las cárceles. Esa acción llegó este martes y fue acelerada, según Moncayo, tras una requisa que se realizó este lunes, 22 de febrero, en el CRS de Guayas. Contó que fueron decomisadas armas de fuego que iban a ser utilizadas por Los Choneros para atentar contra líderes de una banda criminal que estaba en un pabellón de máxima seguridad.

La organización que estaba en máxima seguridad se anticipó a esa acción violenta y eso produjo el enfrentamiento. Esta banda estaría conformada, según Moncayo, por los grupos delictivos llamados como los ‘Pipos’, ‘Los Lobos’, ‘Figuerones’,  ‘Chone Killers’, -facciones de Los Choneros- que dispusieron el asesinato de otros privados de libertad en las otras cárceles.  Ellos se dieron cuenta, hacia las 22:00 de este lunes, que existía un plan contra líderes de una de esas organizaciones. Estos grupos se oponen al liderazgo de Los Choneros.

Este martes, el SNAI recibió una alerta máxima alrededor de las 09:00 en las 63 cárceles del país sobre amotinamientos. En redes sociales han circulado fotos y videos de las disputas violentas que hubo dentro de estas tres penitenciarías. El mayor número de muertos fue en Turi: 34 en total. Pero por la tarde se confirmó que hubo nuevos incidentes en dos centros de privación de libertad en Guayaquil, lo que dejó un total de 39 fallecios hasta el miércoles 24 de febrero. En Latacunga hubo ocho decesos. En total fueron 75 fallecidos. Estas cifras variaron durante el día, pues solo se pudo saber el número exacto de víctimas una vez que ingresaron los equipos de Criminalística. No hubo funcionarios penitenciarios heridos, pero sí Policías.

“Fue una reacción en cadena, de un bando en ciertos centros y de otro bando en otros centros. No podría decir que la responsabilidad de los decesos la tiene una sola organización”, dijo Moncayo.

Añadió que la búsqueda de estos liderazgos no está clara, incluso, dentro de las mismas bandas. Agregó que, al parecer, se rompieron acuerdos. Los internos en varios episodios de violencia han usado, sobre todo, armas de fabricación artesanal.

En Latacunga, la muerte de los ocho internos fue por armas artesanales. Pero en Guayas sí hubo enfrentamientos con armas. En estas cárceles se registraron fugas, en un número que aún no ha sido determinado. 

Incertidumbre por horas

Aunque ocurrieron en las primeras horas de la mañana, hasta la tarde las autoridades no habían explicado lo sucedido. El ministro de Gobierno, Patricio Pazmiño, únicamente mencionó -en su cuenta de Twitter- que se trató de una “acción concertada de organizaciones criminales para generar violencia en centros penitenciarios del país” y la Fiscalía agregó que se trató de enfrentamientos entre bandas.

Más temprano, el comandante General de la Policía, describió la situación como crítica, cuando aún se contaban las decenas de fallecidos. En otro tuit, dijo que reclusos de alto riesgo se amotinaron en el Turi. En esa cárcel, hubo el mayor número de decesos: 38 fallecidos, según la Fiscalía. En Latacunga hubo 8 muertos y 8 más en Guayas. El acceso a todos los centros penitenciarios fue restringido.

Mientras que el Servicio Nacional de Atención Integral a Privados de Libertad (SNAI), en sus escasos tuits del día, refirió que, en la noche de este lunes, 22 de febrero, hubo requisa. El presidente Lenín Moreno usó dos tuits para referirse a esta crisis. En uno de ellos mencionó que ha dispuesto al Ministerio de Defensa para que realice “un estricto control de armas, municiones y explosivos en los perímetros exteriores de los centros penitenciarios”.

La crisis motivó reuniones a alto nivel. Pazmiño, junto a las máximas autoridades policiales del país, se reunieron en el Puesto de Mando Unificado. Y una rueda de prensa desde el Palacio de Carondelet, que se quedó corta para la decena de preguntas que quisieron hacer los periodistas y que no fueron atendidas porque la Secretaría de Comunicación de la Presidencia prefirió terminar con la trasmisión.

Una crisis sin freno

La crisis carcelaria es un problema de larga data, sin soluciones concretas. En diciembre pasado, PlanV publicó la cifras que la ilustran. En una década de las administraciones de Rafael Correa y Lenín Moreno los resultados son paradójicos: hay más cárceles, más presos y sigue el hacinamiento, todo lo contrario a lo que se buscó con el llamado nuevo modelo penitenciario. La pandemia también impactó significativamente el sistema: las muertes de este año han superado en un 82% a las registradas en el 2019.

Julio Ballesteros, exviceministro del extinto Ministerio de Justicia, explica que dentro de las cárceles se ha permitido la constitución de poderosas bandas. No hubo políticas adecuadas ni labores de inteligencia para hacer una separación efectiva de los internos más peligrosos y que tienen un liderazgo entre los reclusos. Esto no con el afán de castigos, sino para que estén en aislamiento total, agrega el experto. Cree que se debe pedir apoyo a las fuerzas militares y hacer traslados masivos de los presos que se identifiquen con alguna banda y separarlos de otros detenidos que no están por delitos violentos.

Contó que durante su administración se creó el TEDA (Tratamiento Especializado para personas de Difícil Adaptación), un área donde iban a estar aquellos internos que necesitan un tratamiento más especializado para su rehabilitación. Pero al poco tiempo fue eliminado.

Y luego se tomó la decisión -en mayo de 2019- de que, en las tres cárceles regionales, donde se produjo la masacre de hoy, se permita el agrupamiento de los presos por bandas porque así supuestamente habría menos violencia. Desde entonces empezaron a aparecer los primeros episodios de violencia con ajusticiamientos crueles. Ese fue el caso de alias ‘Cubano’, quien fue decapitado e incinerado y cuya cabeza fue degollada y exhibida dentro de la Regional de Guayaquil, el 11 de junio de 2019. Alias ‘Cubano’ era el heredero de alias ‘Gerald’, el Pablo Escobar ecuatoriano.

Esa extrema violencia no se había visto antes en una cárcel ecuatoriana y solo podría ser comparada con prácticas de narcos mexicanos, refiere la fuente en una entrevista con Plan V en un artículo publicado tras el asesinato de alisa ‘Cubano. Ballesteros dijo que tampoco se ha hecho un tratamiento adecuado sobre la población carcelaria de colombianos y mexicanos, en cuyos países tienen la tradición de realizar ajusticiamientos violentos. Cree que, en la actualidad, existe en disputa una fracción joven de Los Choneros y Los Choneros en sí, junto con los presos relacionados con alias ‘Cubano’.


En junio de 2019, fue asesinado violentamente alias 'Cubano', el heredero de los negocios de alias Gerald, conocido mejor como el Pablo Escobar ecuatoriano, quien cumple una pena en EEUU.

Manifiesta que uno de los mayores problemas es el acceso de celulares dentro de los CRS. “No solo es el mecanismo de contacto con el exterior, sino con las noticias y mensajes que se envían, que desencadenan una pugna entre dos bandas”. Recuerda que por una noticia falsa sobre el traslado de alias ‘Cubano’ a otro pabellón, hubo una pelea campal, con machetes, entre los Ñetas y los Lating Kings para limpiar el pabellón y recibir a alias 'Cubano', un hombre con mucho poder.

Moncayo reconoció, en la rueda de prensa, que el uso de esos dispositivos se ha “multiplicado” en las cárceles y la comunicación entre centros de privación de libertad. El General dijo que había proyectos en marcha para inhibir las señales de los celulares. Agregó que trabajan en acciones estratégicas con empresas telefónicas y proponen tener cabinas telefónicas. Por la pandemia, dijo que no han limitado las comunicaciones porque en el ámbito educativo, los internos han mantenido clases virtuales.

Ballesteros dice que se debería retomar lo que ya sugirió el sistema de Inteligencia de la Policía de identificar los números de celulares, en los sectores de cada CRS. “Eso lo puede hacer cualquier operadora en el país si usted le da un rango geográfico”. Así se puede pedir la suspensión de las líneas telefónicas de forma periódica.

Considera que si las FFAA prestan su contingente de Inteligencia al sistema de rehabilitación social podría ser uno de los principales caminos para obtener información privilegiada que pudiera ayudar a la prevención de hechos violentos dentro de las cárceles. 

Otra situación es la presencia de políticos o altos funcionarios presos en las cárceles. Según Ballestero, los líderes de las bandas buscan un acercamiento con ellos, con el fin de obtener algún beneficio para sus penas. Ellos, a su vez, les ofrecen a cambio seguridad dentro de las cárceles o a sus familias. En su opinión, una medida urgente es agrupar a estos presos que tengan una vinculación política en un pabellón de seguridad.

Moncayo anunció que ha presentado a la Corte Constitucional un plan para dar solución a la crisis carcelaria. El plan tiene cuatro aspectos: educación, capacitación y fortalecimiento de los cuerpos de seguridad; infraestructura; marco legal para fortalecer la rehabilitación; y tecnología. En las cárceles, hay un déficit del 70% de agentes penitenciarios. Pidió más presupuesto.

Para Ballesteros, la rehabilitación solo se podrá dar si existe un vínculo con la familia. En la pandemia, al restringir ese contacto, también pudo desencadenar episodios de violencia. Muchas violaciones pudieron haber ocurrido dentro de las cárceles y se mantienen ocultos, concluye el experto.

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